Prueba de hipomanía
Explore el uso del Test de hipomanía como herramienta de prueba inicial para posibles presentaciones de síntomas hipomaníacos. Descargue aquí su PDF gratuito.
¿Qué es la hipomanía?
La hipomanía es un estado de ánimo caracterizado por un humor anormalmente elevado, expansivo o irritable y un aumento de la energía o de los niveles de actividad que son claramente perceptibles pero que constituyen una forma menos grave de manía en toda regla. Los episodios hipomaníacos suelen durar al menos cuatro días y están presentes la mayor parte del día, casi todos los días. Es importante señalar que, a diferencia de la manía, la hipomanía no implica psicosis y no perjudica significativamente el trabajo, las actividades sociales o las relaciones personales (American Psychiatric Association, 2013).
Los síntomas de la hipomanía pueden incluir una autoestima inflada o grandiosidad, disminución de la necesidad de dormir, más locuaz de lo habitual o presión para seguir hablando, fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos se aceleran, facilidad para distraerse, aumento de la actividad dirigida a objetivos y excesiva implicación en actividades que tienen un alto potencial de consecuencias dolorosas.
La hipomanía suele observarse en el trastorno bipolar II, que se caracteriza principalmente por cambios de humor y alterna con periodos de depresión. Es esencial diferenciar la hipomanía de la manía o de un episodio maníaco, ya que este último tiene un impacto sustancial en el funcionamiento diario y puede requerir enfoques de tratamiento diferentes, incluida la hospitalización si es grave.
Prueba de hipomanía
Prueba de hipomanía | Ejemplo
Síntomas hipomaníacos
Los síntomas hipomaníacos son indicadores clave de un estado de ánimo caracterizado por un humor elevado, niveles de energía y una mayor actividad. Estos síntomas también pueden presentarse en otras enfermedades mentales. Por lo tanto, es importante que un profesional de la salud mental identifique y evalúe a las personas que puedan estar experimentando hipomanía. Los síntomas hipomaníacos más comunes son
- Estado de ánimo elevado o irritable: Los individuos suelen sentirse inusualmente bien o eufóricos, o pueden volverse inusualmente irritables sin una causa clara.
- Aumento de la actividad o la energía: Un aumento notable de los niveles de actividad física y mental. Los pacientes pueden dedicarse a múltiples proyectos a la vez o mostrar hiperactividad.
- Menor necesidad de dormir: Los individuos suelen sentirse descansados después de sólo unas horas.
- Excesiva locuacidad: La persona puede hablar más de lo habitual, sentirse presionada para seguir hablando o hablar más rápido de lo normal.
- Pensamientos acelerados: Esto se caracteriza por un torrente de ideas o la sensación de que los pensamientos se mueven con rapidez.
- Distracción: La atención se desplaza fácilmente de una tarea a otra, lo que dificulta la realización de las tareas.
- Aumento de la autoestima o grandiosidad: Los pacientes pueden mostrar una elevada confianza en sí mismos, a veces hasta el punto de tener creencias poco realistas sobre sus capacidades o poderes.
- Comportamientos imprudentes: Hay un aumento de las actividades de alto riesgo de consecuencias dolorosas, como el gasto desenfrenado, las indiscreciones sexuales o las inversiones empresariales insensatas.
¿Qué es un episodio hipomaníaco?
Un episodio hipomaníaco es un periodo distinto de estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable y de actividad o energía anormal y persistentemente aumentada, que dura al menos cuatro días y está presente la mayor parte del día, casi todos los días. Durante este tiempo, la alteración del estado de ánimo es claramente diferente del estado de ánimo típico del individuo no deprimido.
Para una comprensión completa, este estado conductual debe incluir al menos tres (o más, si el estado de ánimo es sólo irritable) de los siguientes síntomas en un grado significativo:
- Autoestima inflada o grandiosidad
- Disminución de la necesidad de dormir (por ejemplo, se siente descansado después de sólo 3 horas de sueño)
- Más hablador de lo habitual o presión para seguir hablando
- Fuga de ideas o la experiencia subjetiva de que los pensamientos van a toda velocidad
- Distractibilidad (es decir, la atención se desvía fácilmente hacia estímulos externos sin importancia o irrelevantes), según lo informado u observado
- Aumento de la actividad dirigida a un objetivo (ya sea social, laboral o escolar, o sexual) o agitación psicomotriz
- Implicación excesiva en conductas y actividades de riesgo con un alto potencial de consecuencias dolorosas (por ejemplo, participar en compras desenfrenadas, indiscreciones sexuales o inversiones empresariales insensatas).
¿Qué desencadena los episodios hipomaníacos?
Hay varios factores que pueden desencadenar episodios hipomaníacos, y comprenderlos es esencial para los profesionales de la salud que atienden a personas con trastorno bipolar. Algunos desencadenantes comunes de los episodios hipomaníacos incluyen:
- Estrés: Los altos niveles de estrés, ya sea por el trabajo, las relaciones u otras fuentes, pueden desencadenar episodios hipomaníacos en individuos susceptibles.
- Alteraciones del sueño: Los cambios en los patrones de sueño, como la falta de sueño o los horarios irregulares, pueden contribuir a la aparición de la hipomanía.
- Consumo de sustancias: El abuso de alcohol o drogas puede desencadenar o exacerbar los síntomas hipomaníacos en individuos con trastorno bipolar.
- Cambios de medicación: Los cambios bruscos de medicación o el incumplimiento de los medicamentos prescritos también pueden precipitar episodios hipomaníacos.
- Acontecimientos vitales: Los acontecimientos vitales significativos en la vida de una persona, como cambios de trabajo, mudarse a un lugar nuevo o transiciones vitales importantes, pueden actuar como desencadenantes de la hipomanía.
Reconocer y abordar estos desencadenantes puede ser una parte fundamental del plan de gestión y tratamiento de las personas que corren el riesgo de sufrir episodios hipomaníacos o los están experimentando.
¿Cómo diagnosticar la hipomanía?
El diagnóstico de la hipomanía requiere una evaluación cuidadosa y familiaridad con los criterios definidos por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). A continuación se describe un enfoque paso a paso que puede ser útil para diagnosticar la hipomanía:
Paso 1: Historia detallada del paciente
Las entrevistas y la recopilación de la historia personal desempeñan un papel fundamental. Preguntar sobre periodos de energía inusualmente alta, disminución de la necesidad de dormir, locuacidad extrema, etc., ofrecerá una visión más clara de la afección. El historial de cambios de humor de la persona, los efectos sobre el funcionamiento diario y la frecuencia y duración de los periodos de alta energía deben estar bien documentados.
Paso 2: Observar los comportamientos
Observar el comportamiento y el estado de ánimo del paciente puede aportar información valiosa sobre su estado actual. Busque síntomas como el aumento de la autoestima, el habla rápida o presionada y la distracción.
Paso 3: Confirmación de la duración de los síntomas
La hipomanía requiere que estos síntomas persistan durante al menos cuatro días consecutivos y ocupen la mayor parte del día, casi todos los días. Documentar la duración de los síntomas es crucial.
Paso 4: Evaluar el impacto en la vida diaria
Es importante comprobar si los síntomas del individuo han afectado significativamente a su vida cotidiana. Los individuos que experimentan hipomanía suelen mostrar diferencias observables en su funcionamiento, pero no suponen un deterioro grave de sus actividades cotidianas ni requieren hospitalización; si es así, puede indicar un episodio maníaco en toda regla.
Paso 5: descartar las causas inducidas por sustancias
Sustancias como las drogas, los medicamentos o el alcohol pueden imitar los síntomas hipomaníacos. Es importante descartar estos factores antes de diagnosticar la hipomanía.
Paso 6: Validar con los criterios del DSM-5
Compare la información recopilada con los criterios del DSM-5 para la hipomanía. Aunque los cuestionarios autoinformados y las listas de comprobación de síntomas pueden ayudar en la prueba de detección, una evaluación clínica exhaustiva es esencial para un diagnóstico definitivo.
Paso 7: Diagnóstico diferencial
La presencia de síntomas similares en otros trastornos como el TDAH o el trastorno límite de la personalidad puede dificultar el diagnóstico. Un diagnóstico diferencial exhaustivo, que garantice que estas otras afecciones no son mejores explicaciones para los síntomas, es un paso final importante.
Resultados e interpretación del Test de hipomanía
Los resultados y la interpretación del test de hipomanía, adaptado de la Lista de comprobación de la hipomanía (HCL-32) de Angst y colegas (2005), nos ayudan a determinar la presencia de hipomanía en los individuos. El HCL-32 es una herramienta validada diseñada para detectar la hipomanía y puede ayudar a los profesionales de la salud a identificar posibles casos de hipomanía.
Esta lista de comprobación incluye 32 preguntas de tipo sí/no que indagan en las experiencias de elevación del estado de ánimo y los síntomas relacionados. La prueba se puntúa sumando el número de respuestas "Sí". Cada "Sí" cuenta como un punto, mientras que las respuestas "No" no se puntúan. Según Angst y sus colegas, una puntuación umbral de 14 o más respuestas "Sí" sugiere la presencia de síntomas hipomaníacos que justifican una evaluación clínica adicional y se consideran lo suficientemente específicos como para distinguir a las posibles personas que experimentan hipomanía.
Sin embargo, es importante recordar que aunque una puntuación más alta indique un mayor número de síntomas hipomaníacos, no confirma por sí sola el diagnóstico de trastorno bipolar. Deben evaluarse clínicamente el contexto, la frecuencia, la duración y el impacto de estos síntomas en la vida del individuo.
Pasos siguientes
Después de utilizar evaluaciones como la Lista de comprobación de la hipomanía-32 (HCL-32) o herramientas como la Lista de comprobación del trastorno bipolar 2 e identificar una mayor probabilidad de episodios hipomaníacos, los siguientes pasos implican una minuciosa evaluación clínica y la elaboración de un plan de tratamiento adecuado. Estos pasos, aunque exhaustivos, pueden ayudar a garantizar un diagnóstico final preciso y una atención más específica.
Investigaciones de descarte
Las evaluaciones médicas estándar, incluidos los análisis de sangre y a veces las imágenes cerebrales, pueden ayudar a descartar cualquier afección médica que pueda imitar o contribuir a los síntomas del estado de ánimo.
Diagnóstico diferencial
Revise los diagnósticos de depresión unipolar o trastornos de ansiedad. La depresión recurrente con puntuaciones elevadas de HCL-32 puede sugerir una reevaluación para otros trastornos del espectro bipolar.
Planificación del tratamiento
Formule un plan de tratamiento que puede incluir psicoeducación, gestión de la medicación, psicoterapia, ajustes del estilo de vida y seguimientos regulares para controlar los progresos.
Colaboración
Recuerde que un tratamiento eficaz suele implicar un enfoque colaborativo basado en el trabajo en equipo: la persona, los profesionales de la salud y las personas de apoyo en su vida trabajan juntos para controlar la hipomanía.
Referencias
Asociación Americana de Psiquiatría. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5ª ed.). Washington, DC.
Angst, J., Adolfsson, R., Benazzi, F., Gamma, A., Hantouche, E., Meyer, T. D., Skeppar, P., Vieta, E., & Scott, J. (2005). El HCL-32: Hacia una herramienta de autoevaluación de los síntomas hipomaníacos en pacientes ambulatorios. Journal of Affective Disorders, 88(2), 217-233. https://doi.org/10.1016/j.jad.2005.05.011
Preguntas Frecuentes
Diversos factores, como los antecedentes familiares o la predisposición genética, los problemas neurológicos y los acontecimientos vitales, pueden causar hipomanía. Suele asociarse al trastorno bipolar II, pero también puede desencadenarse por medicamentos, privación del sueño o consumo de drogas recreativas.
El tratamiento puede incluir medicación, como estabilizadores del estado de ánimo o antipsicóticos, y psicoterapia. Estrategias como la terapia cognitivo-conductual (TCC) pueden ayudar a controlar los síntomas y desarrollar mecanismos de afrontamiento. Los cambios en el estilo de vida y el seguimiento también pueden formar parte de un plan de tratamiento integral.
La hipomanía difiere de la manía en su gravedad e impacto. Aunque ambas implican estados de ánimo elevados o irritables, la manía es más intensa y suele provocar problemas importantes en el trabajo o el funcionamiento social, que a veces requieren hospitalización. La hipomanía no causa un deterioro social o laboral significativo y carece de rasgos psicóticos.