Trastorno de la coordinación del desarrollo criterios del DSM-5
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¿Qué es el trastorno del desarrollo de la coordinación?
El trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC), tal y como lo define el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), es una afección neurológica que afecta al movimiento. Los niños con este trastorno suelen presentar un déficit en la coordinación motora, que puede manifestarse al principio del periodo de desarrollo. Estas dificultades de coordinación motora suelen persistir en la adolescencia y la edad adulta.
Los individuos con DCD pueden tener dificultades en tareas que requieren habilidades motoras finas, como escribir, atarse los cordones de los zapatos o utilizar utensilios. Esta afección no es atribuible a una discapacidad intelectual o a un trastorno generalizado del desarrollo, sino que representa más bien una deficiencia específica en las habilidades motoras coordinadas.
El cuestionario sobre el trastorno del desarrollo de la coordinación esboza criterios diagnósticos específicos para el TDC, haciendo hincapié en que los déficits de las habilidades motoras interfieren significativamente en el rendimiento académico o en las actividades de la vida diaria. El reconocimiento y la intervención tempranos son cruciales para ayudar a las personas afectadas a mejorar sus habilidades motoras y adaptarse a las actividades educativas, prevocacionales y vocacionales.
Trastorno de la coordinación del desarrollo criterios del DSM-5
Trastorno de la coordinación del desarrollo criterios del DSM-5 | Ejemplo
¿Cómo se diagnostica el trastorno del desarrollo de la coordinación?
El diagnóstico del trastorno del desarrollo de la coordinación implica una evaluación exhaustiva que integre el desarrollo de la coordinación y la historia médica, la exploración física y las evaluaciones estandarizadas en el periodo de desarrollo temprano. Los clínicos se basan en pruebas validadas psicométricamente y culturalmente apropiadas para evaluar el deterioro de las capacidades de coordinación motora, que puede manifestarse de forma diferente en los distintos grupos de edad.
En los niños pequeños con problemas de coordinación del desarrollo pueden observarse dificultades para sentarse, gatear y caminar, aunque muchos alcanzan estos hitos dentro de los plazos típicos. Las dificultades pueden persistir en tareas como utilizar utensilios, abrocharse camisas o completar puzzles, a menudo caracterizadas por movimientos torpes o imprecisos. En niños mayores y adultos, las dificultades pueden afectar a actividades que requieran coordinación motora, como la escritura a mano, la participación en deportes o tareas cotidianas como vestirse y utilizar herramientas.
El trastorno del desarrollo de la coordinación se diagnostica si estas deficiencias motoras interfieren significativamente en las actividades cotidianas en entornos familiares, sociales, educativos o comunitarios. Se excluyen afecciones como la discapacidad visual u otros trastornos degenerativos mediante exámenes específicos. Aunque no existen subtipos, los individuos pueden mostrar dificultades predominantes en las habilidades gruesas o motoras, que afectan a aspectos del rendimiento académico y vocacional.
Este proceso de diagnóstico garantiza un apoyo y una intervención adecuados y adaptados a las necesidades del individuo, mejorando su capacidad para afrontar los retos cotidianos con eficacia.
Trastorno del desarrollo de la coordinación Criterios del DSM-5
Según el DSM-5, el TDC se diagnostica basándose en criterios específicos (Amercian Psychiatric Association, 2013a):
- La adquisición y ejecución de habilidades motoras coordinadas está sustancialmente por debajo de lo esperado dada la edad cronológica del individuo y la oportunidad para el aprendizaje y uso de habilidades. Las dificultades se manifiestan como torpeza (por ejemplo, dejar caer o chocar con objetos), así como lentitud e imprecisión en la ejecución de habilidades motoras (por ejemplo, coger un objeto, utilizar tijeras o cubiertos, escribir a mano, montar en bicicleta o participar en deportes).
- El déficit de habilidades motoras en el Criterio A interfiere de forma significativa y persistente en las actividades de la vida diaria apropiadas a la edad cronológica (por ejemplo, el autocuidado y el automantenimiento) e influye en la productividad académica/escolar, las actividades prevocacionales y vocacionales, el ocio y el juego.
- El inicio de los síntomas se produce en el período de desarrollo temprano.
- Los déficits de las habilidades motoras no se explican mejor por un trastorno del desarrollo intelectual (discapacidad intelectual) o una deficiencia visual y no son atribuibles a una afección neurológica que afecte al movimiento (por ejemplo, parálisis cerebral, distrofia muscular, trastorno degenerativo).
Diferencias entre los criterios del DSM-4 y del DSM-5
En la edición anterior del manual, el trastorno del desarrollo de la coordinación se clasificaba dentro de la amplia categoría de "trastornos del aprendizaje". En el DSM-5, se ha reclasificado como un trastorno motor dentro de la categoría más amplia de "trastornos del neurodesarrollo" (American Psychiatric Association, 2013b; Harris et al., 2015).
¿Cómo se trata el trastorno del desarrollo de la coordinación?
El tratamiento del trastorno del desarrollo de la coordinación (DCD) se centra en abordar los retos específicos a los que se enfrentan los individuos con déficit de habilidades motoras. Diversos enfoques pueden ayudar a mejorar el funcionamiento y la calidad de vida de los afectados.
Terapia ocupacional
La terapia ocupacional desempeña un papel crucial en el tratamiento del TDC, centrándose en mejorar las habilidades motoras mediante ejercicios y actividades específicas. Los terapeutas utilizan técnicas especializadas para mejorar la coordinación, la motricidad fina y las estrategias de adaptación para las tareas cotidianas.
Fisioterapia
La fisioterapia tiene como objetivo fortalecer los músculos, mejorar el equilibrio y potenciar la coordinación física general. Los terapeutas trabajan en tareas y actividades motoras específicas para promover mejores patrones de movimiento y reducir la torpeza.
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
La TCC puede ayudar a las personas a controlar la ansiedad o la frustración relacionadas con los retos del TDC. Enseña estrategias de afrontamiento, refuerza la autoestima y aborda los aspectos psicológicos que pueden acompañar a las dificultades de las habilidades motoras.
Apoyo educativo
Las intervenciones basadas en la escuela proporcionan adaptaciones y modificaciones para apoyar el rendimiento académico. Esto incluye tecnología de apoyo, ampliación del tiempo para las tareas y estrategias para la participación en clase.
Educación de padres y profesores
Educar a padres y profesores sobre el DCD ayuda a crear un entorno de apoyo. Las estrategias para el hogar y el entorno escolar pueden mejorar el aprendizaje de habilidades y la participación en actividades como las prevocacionales y vocacionales, fomentando la independencia y la inclusión social.
Enfoque multidisciplinar
Un plan de tratamiento integral suele implicar la colaboración entre terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, educadores y psicólogos. Este enfoque holístico aborda las diversas necesidades de las personas con trastornos del neurodesarrollo, fomentando un desarrollo y una participación óptimos en la vida diaria y de acuerdo con la edad cronológica del individuo.
Referencias
Asociación Americana de Psiquiatría. (2013a). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5ª ed.). https://doi.org/10.1176/appi.books.9780890425596
Asociación Americana de Psiquiatría. (2013b). Aspectos destacados de los cambios del DSM-IV-TR al DSM-5. https://www. psychiatry.org/File%20Library/Psychiatrists/Practice/DSM/APA_DSM_Changes_from_DSM-IV-TR_-to_DSM-5.pdf
Harris, S. R., Mickelson, E. C. R., & Zwicker, J. G. (2015). Diagnóstico y manejo del trastorno del desarrollo de la coordinación. Canadian Médico Association Journal, 187(9), 659-665. https://doi. org/10.1503/cmaj.140994
Preguntas Frecuentes
Sí, el trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC) está incluido en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), que proporciona criterios estandarizados para el diagnóstico.
Los criterios diagnósticos incluyen una alteración significativa de la coordinación motora, que afecta a las actividades cotidianas, con inicio en el periodo temprano del desarrollo y no atribuible a otras afecciones que afecten al movimiento o a una discapacidad intelectual.
El código de diagnóstico para el trastorno del desarrollo de la coordinación (DCD) en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) es F82.
Sí, el trastorno del desarrollo de la coordinación (DCD) suele denominarse dispraxia, aunque los términos se utilizan indistintamente en muchos contextos para describir las dificultades con la coordinación y las habilidades motoras.