Comprender la salud mental en las fuerzas armadas
El servicio militar crea un contexto de atención de la salud mental distinto a cualquier otra profesión. Los miembros del servicio operan en entornos diseñados para situaciones extremas. Se enfrentan al despliegue en zonas de conflicto, son testigos de eventos traumáticos, mantienen una vigilancia constante y atraviesan frecuentes transiciones entre mundos muy diferentes. Estas experiencias pueden desarrollar una resiliencia notable, pero presentan desafíos de salud mental únicos que requieren atención y comprensión especializadas.
Las investigaciones indican que aproximadamente entre el 14 y el 16% de los militares estadounidenses desplegados en Afganistán e Irak se han visto afectados por un trastorno de estrés postraumático (TEPT) o depresión (Moore et al., 2023). Además, a pesar de que las enfermedades mentales afectan a millones de personas y cada vez son más reconocidas, el personal militar con un liderazgo disruptivo tiene aún menos probabilidades de buscar apoyo en materia de salud mental (McGuffin et al., 2021).
Para los proveedores de salud mental que trabajan con esta población, es esencial reconocer el contexto distinto de la salud mental militar. El impacto psicológico del servicio militar va más allá del diagnóstico y el tratamiento y abarca la identidad, la cohesión de las unidades, la preparación para la misión y la transición entre las funciones militares y civiles. Para que los servicios de salud mental sean eficaces es necesario comprender tanto el marco institucional de la asistencia sanitaria militar como las experiencias vividas por los miembros del servicio que afrontan problemas de salud mental en una cultura que tradicionalmente valora el estoicismo y la autosuficiencia.
Signos y síntomas de problemas de salud mental en el ejército
El personal militar se enfrenta a factores de estrés únicos que pueden manifestarse de distintas maneras en comparación con las poblaciones civiles. Reconocer estas presentaciones a tiempo puede conducir a intervenciones más oportunas y a mejores resultados:
- Alteraciones del sueño: Insomnio, pesadillas o hipersomnia persistentes que interfieren con el funcionamiento. Los veteranos de combate pueden experimentar hipervigilancia táctica durante el sueño o resistirse a dormir debido a las pesadillas relacionadas con las experiencias de despliegue.
- Irritabilidad: Enfado inusual, mal genio o reacciones desproporcionadas ante factores estresantes menores. Con frecuencia, es uno de los primeros síntomas que se notan, especialmente en los miembros del servicio que anteriormente demostraron tener emociones controladas.
- Retirada: Aislamiento de las actividades de la unidad, rechazo de las invitaciones sociales o reducción de la comunicación con la familia. En una cultura militar en la que se valora la independencia, puede malinterpretarse simplemente como «mantenerse solo».
- Cambios en el rendimiento: Disminución de la atención a los detalles, incumplimiento de plazos o disminución de la aptitud física. A menudo es significativo porque muchos miembros del servicio mantienen altos estándares de desempeño a pesar de la angustia psicológica.
- Hipervigilancia: Alerta excesiva, respuestas de sobresalto o comportamientos de verificación de seguridad que persisten fuera de los contextos de implementación. Esto puede parecer «conciencia táctica», pero va más allá de las situaciones apropiadas.
La identificación temprana de estos signos puede facilitar la intervención antes de que los síntomas se conviertan en afecciones más graves, como el trastorno de estrés postraumático o el deterioro funcional.
Factores de riesgo y desencadenantes de los trastornos de salud mental
Comprender los factores de riesgo y los factores desencadenantes específicos de los trastornos de salud mental entre el personal militar es crucial para la prevención, la intervención temprana y la planificación eficaz del tratamiento. Entre ellos se pueden incluir los siguientes:
Factores de riesgo premilitares
Las características y experiencias individuales antes del servicio militar pueden influir en la vulnerabilidad a los problemas de salud mental. Los antecedentes de experiencias infantiles adversas (ACE, por sus siglas en inglés) se han relacionado de manera constante con un mayor riesgo de padecer trastornos de salud mental durante y después del servicio militar.
Factores relacionados con el combate
La exposición al combate representa uno de los factores de riesgo más importantes para los trastornos de salud mental en las poblaciones militares. La intensidad, la duración y la naturaleza de las experiencias de combate pueden influir en el riesgo en una relación dosis-respuesta.
Factores estresantes relacionados con la implementación
Más allá del combate directo, numerosos aspectos del despliegue pueden contribuir al riesgo de problemas de salud mental. La duración prolongada del despliegue, los despliegues múltiples con un tiempo de recuperación insuficiente, los cronogramas de despliegue impredecibles y el despliegue en áreas de alto riesgo pueden estar asociados a problemas psicológicos.
Desafíos de transición
La transición de la vida militar a la civil representa un período de mayor vulnerabilidad para muchos miembros del servicio. La pérdida de la identidad, la estructura, el propósito y la camaradería militares puede provocar angustia psicológica incluso años después de dejar el servicio.
Ayudar al personal militar a tratar y controlar su salud mental
El tratamiento y la gestión eficaces de las condiciones de salud mental entre el personal militar requieren un enfoque multifacético que aborde los aspectos únicos de la vida militar y, al mismo tiempo, utilice intervenciones basadas en la evidencia. Los siguientes enfoques y recursos pueden ayudar a satisfacer las necesidades de salud mental del personal en servicio activo, los veteranos y sus familias.
Evaluación integral y planificación personalizada del tratamiento
Una evaluación precisa que tenga en cuenta los factores militares específicos es esencial para un tratamiento eficaz. Por ejemplo, el hecho de padecer una enfermedad mental en el contexto militar suele incluir síntomas condicionados por el entrenamiento y la cultura, como la hipervigilancia, que aparece como una conciencia táctica, o el adormecimiento emocional cuando se trata de centrarse en las operaciones. La evaluación debe incluir la detección de enfermedades concurrentes, en particular las lesiones cerebrales traumáticas (TBI) y otros trastornos relacionados.
Intervenciones adaptadas para poblaciones militares
Se han adaptado varios tratamientos basados en la evidencia específicamente para poblaciones militares con resultados prometedores. Para la depresión grave, puede resultar eficaz una combinación de medicamentos y terapia cognitivo-conductual adaptada a los contextos militares. También es importante que organizaciones como la Agencia de Salud de Defensa (DHA) y el Departamento de Asuntos de los Veteranos (VA) estén a la vanguardia a la hora de reconocer estos problemas y proporcionar a los militares los recursos de salud mental que necesitan.
Intervención en crisis y prevención del suicidio
La prevención integral del suicidio requiere enfoques de varios niveles que aborden los factores individuales, unitarios y del sistema. El programa de prevención del suicidio del VA incorpora pruebas de detección universales, intervenciones de planificación de la seguridad, asesoramiento sobre la seguridad de los medios letales y una mejor atención de seguimiento para las personas de alto riesgo. La Línea de Crisis para Veteranos también brinda acceso inmediato a consejeros de crisis capacitados con competencia cultural militar.
Enfoques holísticos del bienestar
Los enfoques integrales de la salud mental militar reconocen cada vez más la importancia de promover el bienestar general en lugar de simplemente tratar los trastornos. Los programas que integran la aptitud física, la nutrición, la higiene del sueño, las prácticas de atención plena y el bienestar espiritual han demostrado ser prometedores en contextos de prevención y recuperación.
Conclusión
La salud mental militar se encuentra en una intersección compleja donde convergen las estructuras institucionales, las influencias culturales y las experiencias individuales. Esto crea desafíos que requieren enfoques reflexivos y personalizados. Si bien hemos logrado avances significativos en la identificación de los factores de riesgo y el desarrollo de intervenciones eficaces, aún persisten desafíos. El estigma persistente que rodea al apoyo de salud mental, las dificultades prácticas para mantener el tratamiento durante los despliegues y la complicada relación entre las lesiones físicas y psicológicas hacen que sea necesario seguir innovando en este campo.
Crear mejoras significativas en la salud mental militar requiere compromiso en todos los niveles, desde los proveedores que desarrollan una competencia cultural genuina hasta el liderazgo que implementa sistemas de atención integral. Este trabajo es importante más allá de la recuperación individual: fortalece a las familias, mejora la cohesión de las unidades, construye comunidades de veteranos más saludables y, en última instancia, contribuye a nuestras prioridades de seguridad nacional.
Referencias
McGuffin, J.J., Riggs, S. A., Raiche, E.M., y Romero, D.H. (2021). Conductas de búsqueda de ayuda de militares y veteranos: el papel del estigma y el liderazgo en materia de salud mental. Psicología militar, 33(5), 332—340. https://doi.org/10.1080/08995605.2021.1962181
Moore, M.J., Shawler, E., Jordan, C.H., y Jackson, C.A. (2023). Problemas de salud mental de veteranos y militares. Publicación StatPearls. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34283458/