Comprender el vínculo entre traumas: signos y estrategias de recuperación
El vínculo traumático es una conexión emocional poco saludable que dificulta dejar el abuso. Conozca las señales y estrategias para romper los lazos traumáticos y ayudar a los clientes a sanar.

¿Qué es el vínculo traumático?
El vínculo traumático es un fenómeno psicológico que ocurre cuando una persona maltratada forma un fuerte vínculo emocional con su pareja abusiva. Esta conexión emocional malsana se desarrolla a través de ciclos repetidos de maltrato, seguidos de actos ocasionales de bondad o afecto, lo que dificulta que la víctima se vaya. La relación se convierte en una trampa emocional en la que la persona maltratada anhela la aprobación de la misma persona que le está causando daño.
La unión al trauma es una respuesta de supervivencia. El cerebro se condiciona para buscar consuelo en el abusador debido a los intensos altibajos emocionales creados por el ciclo de abuso. Esto puede llevar a la confusión, a la autoculpa y a una profunda dependencia emocional. El vínculo traumático es omnipresente en las relaciones que involucran violencia doméstica, pero también puede ocurrir en amistades tóxicas, dinámicas laborales e incluso en entornos de culto.
Varios factores de riesgo aumentan la probabilidad de crear vínculos afectivos traumáticos. El maltrato infantil y la inseguridad del apego predicen significativamente la creación de vínculos traumáticos, incluso cuando se controlan factores como la edad, el género y el amor romántico. Además, la inseguridad del apego modera la relación entre el maltrato infantil y el vínculo traumático, lo que significa que las personas con niveles más altos de inseguridad en el apego tienen más probabilidades de desarrollar vínculos traumáticos cuando han sufrido maltrato infantil (Shaughnessy et al., 2023).
Reconocer estos patrones es el primer paso para romper los lazos del trauma, lo que permite a las personas recuperar el control, reconstruir su autoestima y avanzar hacia relaciones más saludables.
7 etapas de la vinculación traumática
Las siete etapas del vínculo traumático describen cómo se desarrolla una relación abusiva y por qué se vuelve tan difícil escapar. Comprender estas etapas puede ayudar a las víctimas y sobrevivientes a reconocer el ciclo y tomar medidas para sanar.
1. Me encanta bombardear
Al comienzo de la relación, el abusador colma a la víctima de amor, atención y afecto excesivos. Pueden parecer perfectos: encantadores, cariñosos y profundamente interesados en su pareja. Esta fase crea una conexión emocional intensa y hace que la víctima se sienta especial, valorada y profundamente deseada.
2. Confianza y dependencia
A medida que la relación se profundiza, la víctima comienza a confiar en el abusador para obtener apoyo emocional, validación y sentido de pertenencia. El abusador fomenta esta dependencia al aislar a la víctima de sus amigos y familiares, haciéndola sentir que solo puede confiar y depender del abusador.
3. Crítica y devaluación
Una vez que se establecen la confianza y la dependencia emocional, el abusador comienza a romper la autoestima de la víctima. Pueden introducir críticas sutiles, comentarios pasivo-agresivos o cambios de humor impredecibles. Con el tiempo, esto se convierte en un abuso verbal, emocional o físico más directo.
4. Iluminación y control con gas
El abusador manipula la percepción de la realidad de la víctima, lo que provoca confusión y dudas sobre sí misma. Las tácticas de engaño incluyen negar cosas que dijo o hizo, echar la culpa a la víctima y hacer que la víctima cuestione su memoria y su buen juicio. Esto profundiza la dependencia de la víctima del agresor para tranquilizarla y validarla.
5. Renuncia y sumisión
En esta etapa, la víctima se siente impotente. Pueden creer que merecen el maltrato o que irse es imposible. El abusador puede usar las amenazas, la culpabilidad o el control financiero para mantenerlo atrapado. La autoestima de la víctima se erosiona, lo que hace que sea más difícil encontrar una salida.
6. Adicción emocional y vinculación traumática
El ciclo de abuso crea una montaña rusa emocional: períodos de dolor intenso seguidos de momentos efímeros de afecto o «reconciliamiento». Estos momentos refuerzan el vínculo, ya que la víctima se aferra a la esperanza de que la versión amorosa del abusador regrese. El cerebro se condiciona para anhelar la aprobación del abusador, al igual que en una adicción.
7. Miedo a irse y a repetir
Incluso cuando la víctima reconoce el abuso, puede tener dificultades para irse debido al miedo, la culpa o la dependencia emocional. Es posible que crean que no pueden sobrevivir sin el abusador o que las cosas mejorarán. Si se van, el vínculo traumático puede hacer que retrocedan, lo que lleva a ciclos repetidos de reconciliación y a nuevos abusos.
Complicaciones a las que puede conducir el vínculo traumático
El vínculo traumático puede causar graves daños emocionales, psicológicos y físicos, lo que dificulta que las víctimas se liberen de las relaciones abusivas. Estas son algunas de las complicaciones más comunes que pueden surgir del vínculo traumático:
Ansiedad y depresión crónicas
Cuando se desarrolla un vínculo traumático, la persona maltratada a menudo vive en un estado constante de confusión emocional. La imprevisibilidad del comportamiento de la persona abusiva, que alterna entre crueldad y sentimientos positivos fugaces, crea estrés crónico, que puede provocar ansiedad y depresión persistentes. Con frecuencia, las víctimas experimentan una preocupación excesiva, ataques de pánico, desesperanza y una tristeza profunda. La inestabilidad emocional de la relación las hace sentir atrapadas, impotentes e incapaces de encontrar alivio a su sufrimiento.
Problemas de baja autoestima y autoestima
El vínculo traumático daña significativamente la autoestima de una persona. El ciclo continuo de manipulación emocional, engaño y crítica lleva a la persona maltratada a internalizar las creencias negativas sobre sí misma. Con el tiempo, pueden sentirse indignos de amor, respeto y relaciones saludables. Esta erosión de la autoestima los hace más susceptibles a sufrir más abusos a medida que comienzan a creer que el maltrato es todo lo que se merecen.
Dificultad para dejar la relación
Una de las características que definen el vínculo traumático es el apego emocional abrumador con la persona abusiva, lo que hace que dejar la relación sea increíblemente difícil. A pesar de reconocer la toxicidad de la situación, la persona maltratada siente una poderosa atracción por quedarse debido al intenso vínculo que se ha desarrollado. Pueden racionalizar el abuso, aferrarse a los raros momentos de amabilidad o temer estar solos. El vínculo traumático crea la ilusión de que el abusador es la única fuente de amor o estabilidad, lo que hace que la separación no solo sea dolorosa sino imposible.
Patrón de relaciones reiteradas y poco saludables
Sin intervención, el vínculo traumático aumenta la probabilidad de que una persona entre en relaciones abusivas similares en el futuro. Debido a que el vínculo traumático se desarrolla bajo la creencia de que el amor debe ser intenso y condicional, la persona maltratada puede buscar inconscientemente parejas que muestren patrones similares de manipulación, control y volatilidad emocional. Esto crea un ciclo en el que se encuentran repetidamente en relaciones tóxicas, lo que refuerza su visión distorsionada del amor y el apego.
Agotamiento físico y emocional
El estrés incesante causado por el vínculo traumático conduce al agotamiento emocional y físico. La persona maltratada se encuentra en un estado constante de hipervigilancia, siempre anticipando el próximo movimiento del abusador. Este estado prolongado de angustia puede provocar fatiga crónica, dolores de cabeza, problemas digestivos, tensión muscular y un sistema inmunitario debilitado. Emocionalmente, pueden sentirse agotados, adormecidos o desconectados de la realidad, y tener dificultades para encontrar la energía necesaria para cuidar de sí mismos o tomar decisiones sobre su futuro.
Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
La exposición prolongada a una relación abusiva puede provocar un trastorno de estrés postraumático (TEPT), principalmente cuando el vínculo traumático se produce durante un período prolongado. Los síntomas del TEPT pueden incluir recuerdos retrospectivos, pesadillas, entumecimiento emocional, hipervigilancia y dificultad para confiar en los demás. La persona puede tener recuerdos intrusivos del abuso, lo que le dificulta seguir adelante, incluso después de terminar la relación.
Abuso de sustancias y mecanismos de supervivencia
Para hacer frente al abrumador dolor emocional del vínculo traumático, algunas personas recurren a mecanismos de afrontamiento poco saludables, como el abuso de sustancias. El alcohol, las drogas y otros comportamientos autodestructivos pueden brindar un alivio temporal de la angustia, pero en última instancia contribuyen a agravar el daño psicológico y físico. Estos mecanismos de afrontamiento pueden profundizar los sentimientos de vergüenza, autodesprecio e impotencia, atrapando a la persona en un ciclo de autodestrucción y, al mismo tiempo, reforzando su creencia de que es incapaz de escapar de sus circunstancias.
Señales de unión traumática en los clientes
Reconocer el vínculo traumático en los clientes es crucial para ayudarlos a liberarse de las relaciones abusivas y comenzar el proceso de curación.
Justificar o minimizar el abuso
Los clientes pueden minimizar la gravedad del abuso o poner excusas para el comportamiento de la persona abusiva. Es posible que digan cosas como: «No es tan grave», «No querían hacerme daño» o «Simplemente están estresados». Esta minimización les impide reconocer plenamente el daño que se está haciendo.
Sentirse demasiado leal al abusador
Una persona vinculada por un trauma a menudo siente un intenso sentido de lealtad hacia su abusador, incluso cuando la relación es dañina. Es posible que defienda a la persona abusiva ante amigos, familiares o terapeutas y se sienta culpable por considerar la posibilidad de irse.
Dificultad para dejar la relación
Incluso cuando reconocen la toxicidad de la relación, se sienten atados emocionalmente al abusador. Pueden expresar un fuerte miedo a estar solos, la creencia de que no pueden sobrevivir sin el agresor o una profunda esperanza de que el abusador cambie.
Confusión y autoculpabilidad
Los clientes en relaciones traumáticas a menudo cuestionan su juicio y se culpan a sí mismos por el abuso. Pueden decir cosas como: «Tal vez sea mi culpa», «Debería haberlo manejado mejor» o «Si me esfuerzo más, las cosas mejorarán».
Buscar constantemente la aprobación del abusador
El cliente puede estar preocupado por complacer al abusador y evitar conflictos. Es posible que priorice las necesidades del abusador por encima de las suyas propias, y así evitar que se desencadene otro ciclo de maltrato.
Sentirse retraído o aislado
Los abusadores a menudo aíslan a sus víctimas de sus amigos y familiares, haciendo que la víctima dependa más de ellos. Los clientes pueden tener dificultades para buscar apoyo, por temor a que el abusador los juzgue o reaccione violentamente.
Anhelando los momentos «buenos» e ignorando los malos
El refuerzo positivo intermitente en el vínculo traumático hace que la víctima se concentre en breves momentos de amabilidad y afecto, al tiempo que descarta el maltrato continuo. Es posible que se aferren a los recuerdos del «lado bueno» del abusador y crean que la relación puede volver a esa fase.
Estrategias para romper un vínculo traumático
Ayudar a sus clientes a romper un vínculo traumático requiere paciencia, validación y pasos prácticos para recuperar su independencia y autoestima. Debido a este profundo control psicológico, irse puede resultar abrumador o incluso imposible. Estas son algunas estrategias para ayudar a los clientes a reconocer el vínculo y tomar medidas para liberarse.
Reconozca y valide su experiencia
Muchas personas sometidas a un vínculo traumático luchan contra la duda sobre sí mismas y se preguntan si realmente están siendo abusadas o si están reaccionando exageradamente. También pueden sentirse avergonzados por permanecer en la relación. Como profesional, su función es proporcionar validación. Reconozca sus sentimientos sin juzgarlos y asegúreles que sus reacciones (miedo, confusión, apego emocional) son respuestas psicológicas normales ante un abuso prolongado.
Edúquelos sobre el vínculo traumático
Muchos clientes no entienden por qué sienten un apego tan fuerte a alguien que les está haciendo daño. Explicar cómo se desarrolla el vínculo traumático, a través de ciclos de abuso emocional y refuerzo intermitente, puede ayudarlos a ver que sus sentimientos no son una señal de amor sino más bien una respuesta condicionada al abuso. Brinde explicaciones claras y sencillas sobre los mecanismos psicológicos y neurológicos que subyacen a los vínculos traumáticos, por ejemplo, cómo el cerebro se vuelve adicto a los altibajos de la relación.
Anímelos a llevar un diario de verificación de la realidad
Uno de los mayores obstáculos para romper un vínculo traumático es la tendencia a centrarse en los momentos positivos del abusador y, al mismo tiempo, descartar o minimizar el abuso. Aliente a los clientes a llevar un diario que compruebe la realidad, en el que documenten casos específicos de maltrato, cómo se sintieron en esos momentos y cómo respondió el abusador cuando fue confrontado. Revisar estas entradas a lo largo del tiempo puede ayudar a contrarrestar la distorsión emocional que les hace creer que la relación no es «tan mala». Esta práctica sirve como una herramienta básica cuando sienten la tentación de volver con la persona abusiva.
Establezca límites firmes
Los clientes deben establecer y mantener límites claros para protegerse de una mayor manipulación. Aliéntelos a implementar una regla de no contacto para romper el ciclo por completo si es posible. Esto significa bloquear al agresor en todas las plataformas, evitar los lugares donde pueda toparse con él y resistirse a la tentación de comprobar cómo está.
En los casos en los que no sea posible ningún contacto (como en situaciones de paternidad compartida), trabaje con ellos para establecer límites de bajo contacto. Reforzar estos límites permite a los clientes recuperar el control sobre sus interacciones y emociones.
Ayúdelos a volver a conectarse con personas que los apoyen
Los abusadores a menudo aíslan a sus víctimas, haciéndoles creer que no tienen otro lugar adonde acudir. Aliente a los clientes a volver a conectarse con amigos, familiares o grupos comunitarios que los apoyen. Si se sienten indecisos debido a la vergüenza o al miedo a ser juzgados, recuérdeles que no están solos y que reconstruir las relaciones lleva tiempo. Sugiera unirse a grupos de apoyo, ya sea en persona o en línea, donde puedan encontrar la validación y el aliento de otras personas que han experimentado un trauma para crear lazos afectivos.
Conclusiones principales
El vínculo traumático se produce cuando una persona maltratada forma un fuerte vínculo emocional con su abusador debido a los ciclos de maltrato y amabilidad intermitente, lo que dificulta la salida. A medida que se desarrolla el vínculo traumático, la víctima puede justificar el comportamiento abusivo y luchar contra la dependencia emocional. Romper este vínculo requiere conciencia, desapego emocional, límites firmes y el apoyo de personas de confianza o de un profesional de la salud mental. Para quienes se encuentran en situaciones de violencia doméstica, buscar ayuda en recursos como la Línea Directa Nacional contra la Violencia Doméstica puede ser un paso crucial. La curación lleva tiempo, pero las personas pueden recuperar su independencia y construir relaciones más saludables con las estrategias y el apoyo adecuados.
Referencia
Shaughnessy, E.V., Simons, R.M., Simons, J.S., y Freeman, H. (2023). Factores de riesgo del vínculo traumático y asociaciones con los síntomas del TEPT: una mediación moderada. Abuso y negligencia infantil, 144, 106390. https://doi.org/10.1016/j.chiabu.2023.106390