Prueba de gillet
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¿Qué es la disfunción de la articulación sacroilíaca?
La disfunción de la articulación sacroilíaca se refiere a un movimiento inadecuado de las articulaciones de la parte inferior de la columna vertebral que conectan el sacro con la pelvis. Esta afección puede causar un dolor importante en la parte baja de la espalda y las piernas, a menudo imitando otras afecciones como hernias discales o problemas de cadera. Un diagnóstico preciso es esencial, ya que la articulación sacroilíaca es la responsable de transmitir el peso y las fuerzas de la parte superior del cuerpo a las extremidades inferiores.
La disfunción de la articulación sacroilíaca puede deberse a diversas causas, como traumatismos, artritis, embarazo y problemas biomecánicos como la discrepancia en la longitud de las piernas o la escoliosis. Los síntomas habituales incluyen dolor localizado en la parte baja de la espalda, las nalgas y los muslos, que a veces se extiende hasta las piernas. El dolor suele exacerbarse con actividades que sobrecargan la articulación sacroilíaca, como levantarse desde una posición sentada, subir escaleras o correr.
Los profesionales de la salud utilizan una combinación de pruebas clínicas para diagnosticar la disfunción de la articulación sacroilíaca. Las pruebas de provocación del dolor, como el empuje del muslo y las pruebas de palpación, se utilizan habitualmente para evaluar la presencia y la gravedad del dolor de la articulación sacroilíaca. Un resultado positivo en estas evaluaciones puede ayudar a confirmar el diagnóstico. Otras pruebas de la articulación sacroilíaca incluyen la prueba de Gillet, que evalúa la movilidad y la función de la articulación, y diversos estudios de imagen que pueden ayudar aún más a identificar la causa subyacente de la disfunción.
Cómo diagnosticar la disfunción de la articulación sacroilíaca
El diagnóstico de la disfunción de la articulación sacroilíaca requiere un enfoque exhaustivo, que incorpore diversas pruebas clínicas para identificar con precisión el origen del dolor de nalgas y espalda baja. Entre las pruebas de la articulación sacroilíaca más utilizadas se encuentran las pruebas de provocación del dolor, como la prueba de empuje del muslo, que consisten en aplicar presión controlada en zonas específicas para provocar respuestas de dolor.
La palpación y las pruebas clínicas palpatorias también son esenciales, ya que ayudan a evaluar la sensibilidad y el dolor en la región sacroilíaca. Una prueba de palpación muy utilizada es la prueba de la cigüeña, también conocida como prueba de Gillet, que evalúa la movilidad de la articulación sacroilíaca observando el movimiento de las espinas ilíacas posterosuperiores durante la postura con una sola pierna.
Sin embargo, tenga en cuenta que ninguna prueba por sí sola puede diagnosticar definitivamente una disfunción de la articulación sacroilíaca; por lo tanto, a menudo se utiliza una combinación de pruebas. Normalmente, un diagnóstico se considera más fiable si al menos tres de cuatro pruebas de la articulación sacroilíaca arrojan resultados positivos. Estas pruebas incluyen pruebas de provocación del dolor, pruebas clínicas palpatorias y evaluaciones funcionales como la prueba de Gillet. En los casos en que los resultados de las pruebas no sean concluyentes, los estudios de imagen pueden descartar otras afecciones.
La Fisioterapia desempeña un papel crucial en el diagnóstico y tratamiento de la disfunción de la articulación sacroilíaca, ya que ayuda a mejorar la movilidad de la articulación y a aliviar el dolor. Sin embargo, es esencial distinguir entre pacientes sintomáticos y asintomáticos, ya que algunos individuos pueden mostrar resultados positivos en las pruebas sin experimentar ningún dolor o disfunción.
Prueba de gillet
Prueba de gillet | Ejemplo
¿Qué es la prueba de Gillet?
La prueba de Gillet, también conocida como prueba de la cigüeña, es una evaluación clínica utilizada por fisioterapeutas y médicos especialistas en dolor para evaluar la movilidad y la función de la articulación sacroilíaca. Durante la prueba, el examinador palpa las espinas ilíacas posterosuperiores (PSIS) mientras el paciente levanta una rodilla hacia el pecho, simulando una postura de cigüeña. Esta palpación del movimiento ayuda al examinador a observar el movimiento de las PSIS y a evaluar el movimiento sacroilíaco.
Una prueba de Gillet o de la cigüeña positiva es aquella en la que el PSIS se mueve poco o nada o en exceso, lo que puede indicar una disfunción de la articulación sacroilíaca. Sin embargo, la validez diagnóstica de la prueba de Gillet puede verse influida por diversos factores, y a menudo se utiliza junto con otras pruebas clínicas para una evaluación más exhaustiva.
A pesar de su utilidad, la prueba de Gillet no está exenta de limitaciones. Por ejemplo, los pacientes asintomáticos pueden presentar a veces resultados positivos en la prueba, lo que subraya la necesidad de interpretar los hallazgos con cuidado. Además, aunque la prueba puede proporcionar información valiosa sobre el movimiento sacroilíaco, no ofrece valores predictivos concluyentes. Por lo tanto, la combinación de la prueba de Gillet con otras evaluaciones, como la prueba de compresión y otras pruebas palpatorias, mejora su precisión diagnóstica.
Puede recomendarse una terapia de ejercicios basada en los resultados de la prueba para mejorar la función de la articulación sacroilíaca y aliviar el dolor, lo que convierte a la Prueba de Gillet en una parte integral del proceso diagnóstico y terapéutico de la disfunción de la articulación sacroilíaca.
Cómo realizar la prueba de Gillet
La prueba de Gillet es una forma sencilla pero eficaz de evaluar la movilidad y la función de la articulación sacroilíaca. Consiste en observar el movimiento de las espinas ilíacas posterosuperiores (PSIS) mientras el paciente realiza un movimiento específico de la pierna.
Paso 1: Preparación
Comience explicando el procedimiento al paciente y obteniendo su consentimiento. Pida al paciente que se coloque en posición relajada con los pies separados a la altura de los hombros.
Paso 2: Colocación del examinador
Sitúese directamente detrás del paciente y coloque los pulgares sobre el PSIS del paciente a ambos lados. Este posicionamiento le permite palpar el movimiento intrapélvico de forma eficaz.
Paso 3: Observación inicial
Observe y palpe la posición inicial del PSIS para establecer una línea de base. Este paso es crucial para identificar cualquier cambio en la posición durante la prueba.
Paso 4: Movimiento del paciente
Indique al paciente que levante una rodilla hacia el pecho, flexionando la cadera y la rodilla hasta aproximadamente 90 grados, mientras se mantiene de pie sobre la pierna contraria. Asegúrese de que el movimiento es lento y controlado.
Paso 5: Palpación y observación
Palpe el PSIS en el lado examinado mientras el paciente levanta la rodilla. Observe el movimiento del PSIS, anotando cualquier movimiento hacia abajo o posterior, o la ausencia del mismo.
Paso 6: Repita la prueba en ambos lados
Repita la prueba en el lado opuesto para comparar el movimiento del PSIS bilateralmente. Un movimiento anormal en un lado en comparación con el otro puede indicar una disfunción de la articulación sacroilíaca.
Paso 7: Interpretación
Analice los hallazgos de ambos lados. El movimiento normal se caracteriza por el desplazamiento hacia abajo o posterior del PSIS en el lado examinado. La falta de movimiento o el movimiento anormal sugieren una posible disfunción de la articulación sacroilíaca.
Siguiendo estos pasos, los profesionales de la salud pueden utilizar eficazmente la prueba de Gillet como parte de su evaluación más amplia de la función de la articulación sacroilíaca, comparando los resultados bilateralmente para identificar cualquier discrepancia.
Preguntas Frecuentes
La prueba de Gillet, también conocida como prueba de la cigüeña, se utiliza para evaluar la movilidad y la función de la articulación sacroilíaca (SI). Ayuda a identificar posibles disfunciones observando el movimiento de las espinas ilíacas posterosuperiores (PSIS) durante movimientos específicos de las piernas.
La prueba de Gillet consiste en que el paciente permanezca de pie mientras el examinador palpa el PSIS. El paciente levanta una rodilla hacia el pecho y el examinador observa el movimiento del PSIS en el lado sometido a la prueba. Un movimiento normal indica que la articulación SI funciona, mientras que un movimiento anormal sugiere disfunción.
Si el PSIS del lado sometido a la prueba se mueve hacia abajo o posteriormente, indica una función normal de la articulación sacroilíaca. Un movimiento escaso o excesivo sugiere una disfunción de la articulación sacroilíaca, que puede contribuir al dolor lumbar y de nalgas. Los resultados de la prueba deben considerarse junto con otras evaluaciones clínicas para obtener un diagnóstico preciso.