Criterios psicopáticos DSM 5 (manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales)
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¿Qué es la psicopatía?
La psicopatía es un trastorno complejo de la personalidad caracterizado por una combinación de síndromes interpersonales, afectivos y de comportamiento antisocial. A menudo se asocia con una falta de empatía, un comportamiento manipulador y una tendencia a comportamientos antisociales, como la conducta delictiva.
La psicopatía se considera una forma grave de trastorno antisocial de la personalidad, que incluso comparte algunos rasgos con el trastorno límite de la personalidad y el trastorno bipolar. La lista de comprobación de la psicopatía revisada (PCL-R) desarrollada por el Dr. Robert Hare (1991) enumera estos rasgos y síntomas:
- Factor 1 (Interpersonal/afectivo): Incluye rasgos como el encanto superficial, el sentido grandioso de la autoestima, la mentira patológica, el comportamiento manipulador, la falta de remordimiento o culpa, el afecto superficial y la insensible falta de empatía.
- Factor 2 (Desviación social): Engloba rasgos como la necesidad de estimulación, la propensión al aburrimiento, el estilo de vida parasitario, el escaso control del comportamiento, la impulsividad, la irresponsabilidad y los antecedentes de delincuencia juvenil.
Esta perspectiva se basa en la observación de que los individuos con psicopatía muestran comportamientos antisociales e interpersonales más extremos en comparación con los que sólo tienen un diagnóstico de ASPD. Sin embargo, es importante señalar que no todos los individuos con ASPD cumplen los criterios de la psicopatía, tal y como la definen herramientas como la PCL-R.
Causas de la psicopatía
Las causas exactas de la psicopatía no se comprenden del todo, pero se cree que es el resultado de una compleja interacción de factores neurobiológicos, genéticos y ambientales (Tiihonen et al., 2019). Las investigaciones sugieren que las anomalías en la amígdala y el córtex prefrontal pueden contribuir a las características emocionales y conductuales de la psicopatía (Junewicz y Billick, 2021). Los factores ambientales como los traumas en la primera infancia, el abandono y la exposición a la violencia también pueden desempeñar un papel en el desarrollo de rasgos psicopáticos.
Criterios psicopáticos DSM 5
Criterios psicopáticos DSM 5 | Ejemplo
¿Está la psicopatía en el DSM 5?
La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) sustituyó la psicopatía por el trastorno antisocial de la personalidad (ASPD) en la tercera edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM). En la actualidad, la quinta edición (DSM-5), es la clasificación estándar de los trastornos mentales y de la personalidad utilizada por los profesionales de la salud mental en Estados Unidos, empleada para el diagnóstico, la planificación del tratamiento y la investigación. El DSM-5 proporciona un lenguaje común y unos criterios estándar para la clasificación de los trastornos mentales.
Trastornos del DSM 5 más próximos a la psicopatía
Los trastornos relacionados más cercanos son el trastorno de conducta y el trastorno antisocial de la personalidad (TAP). Estos trastornos comparten algunos rasgos coincidentes con la psicopatía, como el desprecio por las normas sociales y los derechos de los demás, así como la falta de empatía. Estos trastornos se citan a menudo en el discurso que rodea a la psicopatía.
Criterios del DSM 5 para el trastorno de conducta
El trastorno de conducta se caracteriza por un patrón de comportamiento repetitivo y persistente en el que se violan los derechos básicos de los demás o las principales normas o reglas sociales apropiadas para la edad. A continuación se presentan los criterios del DSM-5 para el Trastorno de Conducta, incluidos sus especificadores:
Criterio A
Un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que se violan los derechos básicos de los demás o las principales normas o reglas sociales apropiadas para la edad, manifestado por la presencia de al menos tres de los siguientes criterios en los últimos 12 meses, con al menos un criterio presente en los últimos 6 meses:
- Agresión a personas y animales
- A menudo acosa, amenaza o intimida a los demás.
- A menudo inicia peleas físicas.
- Ha utilizado un arma que puede causar daños físicos graves a otros.
- Ha sido físicamente cruel con las personas.
- Ha sido físicamente cruel con los animales.
- Ha robado mientras se enfrentaba a una víctima.
- Ha forzado a alguien a mantener relaciones sexuales.
- Destrucción de la propiedad
- Ha prendido fuego deliberadamente con la intención de causar daños graves.
- Ha destruido deliberadamente la propiedad de otros.
- Engaño o robo
- Ha irrumpido en la casa, el edificio o el coche de otra persona.
- Miente a menudo para obtener bienes o favores o para eludir obligaciones.
- Ha robado objetos de valor no trivial sin enfrentarse a la víctima.
- Violaciones graves de las normas
- A menudo permanece fuera de casa por la noche a pesar de las prohibiciones de los padres, empezando antes de los 13 años.
- Se ha escapado de casa por la noche al menos dos veces mientras vivía en el hogar paterno o sustituto de los padres.
- Falta con frecuencia a la escuela, comenzando antes de los 13 años.
Criterio B
La alteración del comportamiento causa un deterioro clínicamente significativo del funcionamiento social, académico u ocupacional.
Criterio C
Si el individuo tiene 18 años o más, no se cumplen los criterios para el Trastorno Antisocial de la Personalidad.
Especificadores para el trastorno de conducta
Un profesional de la salud mental de debe especificar el tipo en función de cuándo surgieron los síntomas:
- Tipo de inicio en la infancia: Los individuos muestran al menos 1 síntoma característico del trastorno de conducta antes de los 10 años de edad.
- Tipo de inicio en la adolescencia: Los individuos no muestran ningún síntoma característico del trastorno de conducta antes de los 10 años de edad.
- Inicio no especificado: Se cumplen los criterios para el diagnóstico de trastorno de conducta, pero no se dispone de información suficiente para determinar si el inicio del primer síntoma fue antes o después de los 10 años.
Además, también debe especificarse la gravedad:
- Leve: Hay pocos problemas de conducta, si es que hay alguno, que superen los requeridos para hacer el diagnóstico, y los problemas de conducta sólo causan daños menores a los demás.
- Moderada: El número de problemas de conducta y el efecto sobre los demás son intermedios entre "leve" y "grave".
- Severa: Están presentes muchos problemas de conducta por encima de los requeridos para hacer el diagnóstico, o los problemas de conducta causan un daño considerable a los demás.
Por último, el profesional de la salud mental debe especificar si el paciente presenta emociones prosociales limitadas. Este tipo es el más cercano a la psicopatía.
Para optar a este especificador, un individuo debe haber mostrado al menos 2 de las siguientes características de forma persistente durante al menos 12 meses y en múltiples relaciones y entornos. Estas características reflejan el patrón típico de funcionamiento interpersonal y emocional del individuo durante este periodo y no sólo ocurrencias ocasionales en algunas situaciones.
- Falta de remordimiento o culpabilidad: No se siente mal ni culpable cuando hace algo mal (excluya el remordimiento cuando sólo se expresa cuando se le pilla y/o se enfrenta a un castigo). El individuo muestra una falta general de preocupación por las consecuencias negativas de sus actos. Por ejemplo, el individuo no tiene remordimientos después de herir a alguien o no se preocupa por las consecuencias de romper las reglas.
- Insensible: falta de empatía: Desprecia y se despreocupa de los sentimientos de los demás. Se describe al individuo como frío y despreocupado. La persona parece más preocupada por los efectos de sus acciones en sí misma que por sus efectos en los demás, incluso cuando provocan un daño sustancial a los demás.
- Despreocupado por el rendimiento: No muestra preocupación por un rendimiento pobre/problemático en la escuela, en el trabajo o en otras actividades importantes. El individuo no realiza el esfuerzo necesario para rendir bien, incluso cuando las expectativas son claras, y suele culpar a los demás de su bajo rendimiento.
- Afecto superficial o deficiente: No expresa sentimientos ni muestra emociones a los demás, excepto de formas que parecen superficiales, poco sinceras o superficiales (por ejemplo, las acciones contradicen la emoción mostrada; puede "encender" o "apagar" las emociones rápidamente) o cuando las expresiones emocionales se utilizan para obtener beneficios (por ejemplo, emociones para manipular o intimidar a los demás).
Se necesitan múltiples fuentes de información para evaluar los criterios del especificador. Además del autoinforme del individuo, es necesario tener en cuenta los informes de otras personas que hayan conocido al individuo durante largos periodos de tiempo (por ejemplo, padres, profesores, compañeros de trabajo, miembros de la familia extensa, compañeros).
Criterios del DSM 5 para el trastorno antisocial de la personalidad
El trastorno antisocial de la personalidad se define por un patrón generalizado de desprecio y violación de los derechos de los demás, un rasgo que comparte con el trastorno histriónico de la personalidad en cuanto a los comportamientos de búsqueda de atención. Los criterios del DSM-5 para el ASPD incluyen:
Criterio A
Un patrón generalizado de desprecio y violación de los derechos de los demás, que se produce desde los 15 años de edad, indicado por 3 (o más) de los siguientes:
- Incumplimiento de las normas sociales respecto a comportamientos lícitos
- Engaño
- Impulsividad o falta de planificación
- Irritabilidad y agresividad
- Desprecio temerario por la seguridad propia o ajena
- Irresponsabilidad constante
- Falta de remordimiento
Criterio B
El individuo tiene al menos 18 años
Criterio C
Existe evidencia de trastorno de conducta con inicio antes de los 15 años de edad.
Criterio D
La aparición del comportamiento antisocial no se produce exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
¿Cómo diagnostican la psicopatía los profesionales de la salud?
Diagnosticar la psicopatía implica una evaluación exhaustiva que va más allá de los criterios de trastornos relacionados como el Trastorno de Conducta y el Trastorno de Personalidad Antisocial. Los profesionales de la salud mental utilizan una combinación de entrevistas clínicas, observaciones conductuales y herramientas de evaluación estandarizadas para evaluar la presencia y gravedad de los rasgos psicopáticos. Una de las herramientas más utilizadas para este fin es la lista de comprobación de la psicopatía revisada (PCL-R).
Estas son las evaluaciones para diagnosticar la psicopatía:
- Entrevistas clínicas: Entrevistas detalladas con el individuo, y a veces con su familia u otras personas que lo conozcan bien, para recabar información sobre su comportamiento, sus relaciones y su funcionamiento emocional.
- Observaciones conductuales: Observaciones del comportamiento del individuo en diferentes entornos para evaluar sus interacciones sociales, sus respuestas emocionales y su adhesión a las normas.
- Psychopathy checklist-revised (PCL-R): Herramienta de evaluación de 20 ítems que evalúa rasgos y comportamientos específicos asociados a la psicopatía, como la labia/el encanto superficial, el sentido grandioso de la autoestima, la mentira patológica y la falta de empatía. Cada ítem se puntúa en una escala de 3 puntos (0, 1, 2), con una puntuación máxima de 40. Las puntuaciones por encima de cierto umbral (normalmente 30 en Estados Unidos) son indicativas de psicopatía.
- Otras evaluaciones psicológicas: Pueden utilizarse pruebas y cuestionarios adicionales para evaluar aspectos relacionados de la salud mental, como los trastornos de la personalidad, los trastornos del estado de ánimo y el riesgo de comportamiento violento.
Es importante tener en cuenta que el diagnóstico de la psicopatía es complejo y sólo debe ser realizado por profesionales de la salud mental cualificados. El proceso de evaluación es exhaustivo y tiene en cuenta una amplia gama de factores para garantizar un diagnóstico preciso.
¿Cómo se trata y gestiona la psicopatía?
Tratar y manejar la psicopatía es un reto debido a la naturaleza inherente de la afección, que incluye la falta de remordimientos, empatía y tendencia a manipular a los demás. Sin embargo, se han explorado algunos enfoques para manejar los comportamientos asociados a la psicopatía.
Enfoques de tratamiento
El tratamiento eficaz de la psicopatía se centra en las intervenciones conductuales y el desarrollo de habilidades. Se han utilizado los siguientes enfoques:
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): Aunque la TCC tradicional puede tener una eficacia limitada, las versiones modificadas que se centran en el cambio conductual, en lugar de cambiar los rasgos de personalidad subyacentes, pueden ayudar a manejar algunos aspectos de la psicopatía.
- Comunidades terapéuticas: Los entornos estructurados, como los que se encuentran en las prisiones o en los centros de tratamiento especializados, pueden proporcionar un entorno controlado en el que los individuos con rasgos psicopáticos pueden aprender comportamientos prosociales.
- Entrenamiento en habilidades: Enseñar habilidades específicas, como el control de la ira o las habilidades sociales, puede ayudar a los individuos con rasgos psicopáticos a desenvolverse en situaciones sociales de forma más adecuada.
Estrategias de gestión
La gestión de la psicopatía implica un seguimiento continuo y una evaluación de los riesgos para prevenir comportamientos perjudiciales. Se suelen emplear las siguientes estrategias:
- Evaluación del riesgo: Evaluar regularmente el riesgo de comportamiento violento o delictivo puede ayudar a desarrollar planes de gestión adecuados.
- Supervisión y seguimiento: La supervisión y el seguimiento estrechos en entornos institucionales o como parte de programas basados en la comunidad pueden ayudar a controlar el comportamiento.
- Consideraciones legales y éticas: Debido al potencial de manipulación y engaño, es importante que los profesionales que trabajan con individuos con psicopatía mantengan unos límites claros y se adhieran a las normas éticas.
Es importante tener en cuenta que no existe una "cura" para la psicopatía y que el tratamiento se centra principalmente en controlar los comportamientos y reducir el riesgo de dañar a los demás. La colaboración entre los profesionales de la salud mental, los sistemas jurídicos y las instituciones penitenciarias suele ser necesaria para un manejo eficaz.
Investigación sobre la psicopatía
La investigación reciente se ha adentrado en el complejo mundo de la psicopatía, descubriendo intrigantes conocimientos sobre su base cerebral y sus manifestaciones conductuales. Los estudios están empezando a arrojar luz sobre los fundamentos neurológicos de los rasgos psicopáticos y su relación con las distintas formas de agresión.
Un estudio pionero de Nummenmaa et al. (2021) reveló alteraciones significativas en áreas cerebrales relacionadas con las emociones y su regulación en delincuentes criminales psicópatas y en individuos con rasgos relacionados con la psicopatía en la población general. La investigación puso de relieve cambios en la estructura y función cerebrales que contribuyen a las características emocionales y conductuales de la psicopatía.
En concreto, el estudio halló una menor densidad de materia gris en el córtex orbitofrontal y la ínsula anterior en los delincuentes psicópatas, con asociaciones similares entre los rasgos de psicopatía primaria y una integridad cortical comprometida en las mismas áreas en una muestra comunitaria. Esto sugiere que alteraciones neuronales similares subyacen a la psicopatía criminal y a la variación en el comportamiento antisocial cotidiano en individuos psicológicamente bien funcionales.
Verona et al. (2022) exploraron la relación entre distintos aspectos de la psicopatía y formas específicas de agresión, haciendo hincapié en el papel del poder en la agresión relacionada con la psicopatía. El estudio descubrió que la faceta impulsiva de la psicopatía estaba relacionada en general con múltiples formas de agresión, mientras que la varianza única en la faceta afectiva estaba relacionada principalmente con la agresión física.
Curiosamente, la faceta interpersonal de la psicopatía mostró una relación primaria con la agresión indirecta, como la agresión relacional y pasiva. Además, se descubrió que el deseo de poder era un constructo explicativo independiente de múltiples formas de propensión a la agresión, lo que pone de relieve la compleja interacción entre psicopatía, poder y agresión.
Estos estudios aportan valiosos conocimientos sobre la base neural de la psicopatía y las relaciones matizadas entre las distintas facetas de la psicopatía y las formas de agresión. Comprender las alteraciones cerebrales asociadas a la psicopatía y el papel del poder en la agresión relacionada con la psicopatía puede informar el desarrollo de intervenciones y estrategias de gestión más eficaces para los individuos con rasgos psicopáticos.
Referencias
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Preguntas Frecuentes
El DSM-5 no tiene un diagnóstico específico para la psicopatía pero incluye criterios para trastornos relacionados como el trastorno conducido y el trastorno antisocial de la personalidad (ASPD), que comparten algunos rasgos con la psicopatía.
Sí, la psicopatía como diagnóstico diferenciado se eliminó del DSM en su tercera edición y se sustituyó por el trastorno antisocial de la personalidad (ASPD).
El DSM no distingue entre sociópatas y psicópatas. Se cree que las personas incluidas en estos términos presentan síntomas de trastorno antisocial de la personalidad (TAPS).