Trastorno delirante DSM-5
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¿Qué es el trastorno delirante?
El trastorno delirante es una afección psiquiátrica caracterizada por la presencia de uno o más delirios que persisten durante al menos un mes. A diferencia de otros trastornos psicóticos, el trastorno delirante no implica alucinaciones frecuentes y sus síntomas suelen ser no extraños. Los delirios implican situaciones que podrían ocurrir en la vida real, como ser seguido, envenenado, engañado por un cónyuge o tener una enfermedad.
Por lo general, este trastorno mental se presenta entre la mitad y el final de la vida, y su causa exacta suele atribuirse a diferentes factores, como los genéticos, biológicos y ambientales. Los individuos con trastornos delirantes suelen desenvolverse relativamente bien en la vida cotidiana al margen del impacto de sus delirios.
Trastorno delirante DSM-5
Trastorno delirante DSM-5 | Ejemplo
Tipos de trastornos delirantes
El trastorno delirante, reconocido en el marco del DSM-5, se manifiesta de varias formas, cada una de las cuales se distingue por el tema predominante de los delirios del individuo. Comprender estos tipos es crucial para un diagnóstico y un manejo eficaces. He aquí un análisis más detallado de cada subtipo:
- Tipo erotomaníaco: Los individuos con delirios de tipo erotomaníaco creen firmemente que otra persona, a menudo de estatus superior o completamente inalcanzable, está enamorada de ellos. Esta convicción permanece inalterable a pesar de las claras pruebas de lo contrario. Estos delirios pueden provocar una angustia significativa o cambios de comportamiento, incluidos intentos de contactar o acechar al objeto de su afecto.
- Tipo grandioso: Este subtipo implica delirios de capacidad, riqueza o fama excepcionales. Los individuos pueden creer que han hecho un descubrimiento revolucionario o que poseen un talento único a pesar de que no hay pruebas que respalden tales creencias. El tipo grandioso puede dar lugar a comportamientos que reflejen un sentido inflado de autoimportancia o derecho.
- Tipo celoso: Caracterizados por la creencia inquebrantable de que el cónyuge o pareja del individuo es infiel, los delirios de tipo celoso suelen ir acompañados de un escrutinio y acusaciones constantes, que pueden tensar o destruir las relaciones. A pesar de la falta de pruebas, la convicción de la infidelidad de su pareja permanece inquebrantable.
- Tipo persecutorio: Los individuos con este subtipo creen que están siendo perseguidos, maltratados o conspiran contra ellos. Los delirios más comunes incluyen ser seguido, envenenado o engañado por sus seres queridos o compañeros. Estos delirios pueden provocar una angustia significativa, problemas legales o incluso acciones de represalia basadas en amenazas percibidas.
- Tipo somático: Los delirios somáticos implican una preocupación por la salud y las funciones corporales. Los individuos pueden estar convencidos de que padecen una enfermedad grave o una deformidad física, lo que les lleva a comportamientos excesivos relacionados con la salud o a consultas médicas a pesar de las garantías de los profesionales sanitarios de que no existe tal problema.
- Tipo mixto: En algunos casos, los individuos no encajan claramente en una sola categoría, sino que muestran una mezcla de temas delirantes sin que predomine ninguno. Esta complejidad puede plantear retos adicionales para el diagnóstico y el tratamiento.
¿Cómo diagnosticar el trastorno delirante?
El diagnóstico del trastorno delirante implica una evaluación clínica exhaustiva guiada por los criterios descritos en la Quinta Edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Este manual, publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría (2013), proporciona criterios para la clasificación y el diagnóstico de los trastornos mentales. Clínicos e investigadores lo utilizan ampliamente para ayudar a diagnosticar y tratar los trastornos mentales. El éxito del diagnóstico también se basa en distinguirlo de otras afecciones de salud mental que también presentan delirios. Para diagnosticar el trastorno delirante suelen tomarse las siguientes medidas.
Entrevista clínica y evaluación
Una exhaustiva entrevista clínica es valiosa, apoyada con información colateral de familiares, amigos o historiales médicos previos cuando sea posible. Las pruebas de autoinforme y los cuestionarios como la Escala de evaluación de creencias de Brown también pueden ser útiles para indicar áreas del funcionamiento del individuo que podrían necesitar una exploración más profunda. Este enfoque holístico ofrece una visión de la presentación histórica y actual de los síntomas, lo que puede ayudar a establecer la presencia y la naturaleza de los delirios.
Descartar otros trastornos psicóticos
Dado que los delirios también se dan en afecciones como la esquizofrenia, el trastorno esquizoafectivo y el trastorno bipolar, es importante determinar que otro trastorno psicótico no puede explicar mejor estos síntomas. En el trastorno delirante, los síntomas centrales de la esquizofrenia (como el habla o el comportamiento desorganizados, la catatonia o los síntomas negativos) no son prominentes.
Considere el papel de las sustancias y las afecciones médicas
Otro paso crítico del diagnóstico consiste en descartar los efectos de sustancias (por ejemplo, drogas, medicamentos) u otra afección médica que pudiera explicar los delirios. Se trata de descartar un posible trastorno psicótico inducido por sustancias o un trastorno debido a una afección médica. Esto implica un historial médico completo, posibles pruebas de laboratorio y, a veces, un examen físico para descubrir cualquier problema médico subyacente que pudiera presentarse con síntomas similares a los de la psicosis.
Evaluar el impacto en el funcionamiento
Aunque los individuos con trastornos delirantes pueden funcionar relativamente bien en la vida diaria, sus delirios pueden causar angustia y un marcado deterioro del funcionamiento social y laboral. Evaluar el alcance de este impacto es esencial. Sin embargo, cabe destacar que, aparte de las consecuencias directas de los delirios, su funcionamiento general puede permanecer intacto, lo que los diferencia de los trastornos con síntomas más generalizados.
Consulte los criterios del DSM-5 para conocer los subtipos específicos
Una vez que se considera el diagnóstico de trastorno delirante, el DSM-5 proporciona criterios para subtipos específicos (por ejemplo, erotomaníaco, grandioso, celoso, persecutorio, somático, mixto). Identificar el subtipo implica comprender el tema principal de los delirios, lo que puede orientar la planificación del tratamiento.
Criterios diagnósticos del trastorno delirante
La base del diagnóstico del trastorno delirante es seguir los criterios del DSM-5, que proporcionan un marco estructurado para evaluar los síntomas presentes en los pacientes.
Los clínicos deben buscar los siguientes componentes a la hora de diagnosticar el trastorno:
Criterio A: Presencia de delirios
La característica principal es la presencia de uno o más delirios con una duración de un mes o más. Los delirios son creencias firmes en algo que no puede ser cierto o que no está basado en la realidad.
Criterio B: Exclusión de otros trastornos psicóticos
Los delirios no deben producirse exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia, el trastorno bipolar, el trastorno depresivo con rasgos psicóticos y otros trastornos psicóticos.
Criterio C: Funcionalidad
Aparte del impacto directo de los delirios, el funcionamiento no está notablemente alterado. El comportamiento no es raro ni extraño. No es raro encontrar individuos que mantienen actividades vitales y relaciones sociales normales a pesar de albergar creencias delirantes persistentes.
Criterio D: Exclusión de influencia de sustancias o afección médica
Si el consumo de sustancias, la abstinencia o la exposición a una toxina explican los delirios, entonces el Trastorno Delirante no es un diagnóstico adecuado. Lo mismo puede decirse de cualquier afección médica general que pudiera causar síntomas psicóticos.
Criterio E: Coexistencia con trastornos del estado de ánimo
Si se han producido episodios del estado de ánimo concurrentemente con delirios, su duración total ha sido breve en relación con la duración de los periodos delirantes.
Más allá de los criterios básicos, se recomienda especificar el subtipo de trastorno delirante en función del tema delirante predominante y de si existen delirios extraños. Tras un año de duración del trastorno, también es importante especificar el estado actual de la afección mediante lo siguiente:
- Primer episodio, actualmente en episodio agudo: Presentación inicial del trastorno con síntomas que cumplen plenamente los criterios diagnósticos.
- Primer episodio, actualmente en remisión parcial: Episodio inicial que muestra una mejoría significativa, con síntomas que cumplen parcialmente los criterios diagnósticos.
- Primer episodio, actualmente en remisión completa: Periodo posterior al primer episodio sin síntomas específicos del trastorno.
- Episodios múltiples, actualmente en episodio agudo: Episodios recurrentes con síntomas que cumplen plenamente los criterios diagnósticos.
- Episodios múltiples, actualmente en remisión parcial: Episodios recurrentes que muestran una mejoría significativa, con síntomas que cumplen parcialmente los criterios.
- Episodios múltiples, actualmente en remisión completa: Periodo posterior a episodios múltiples sin síntomas específicos del trastorno.
- Continuo: Los síntomas persisten durante la mayor parte del curso de la enfermedad, con sólo breves periodos de síntomas subumbrales.
- No especificado: No hay suficiente información para especificar el curso del trastorno.
¿Cómo utilizar nuestra plantilla de criterios DSM-5 para el trastorno delirante?
La incorporación de los criterios del DSM-5 orienta a los clínicos a la hora de realizar diagnósticos más precisos, lo que constituye el primer paso para facilitar estrategias de tratamiento eficaces. He aquí un proceso paso a paso para utilizar nuestra plantilla de criterios del trastorno delirante DSM-5 cuando trabaje con clientes:
Paso 1: Familiarizarse con los criterios
Antes de trabajar con los clientes, asegúrese de conocer a fondo los criterios del DSM-5 para el Trastorno Delirante. Este conocimiento básico es crucial para reconocer los síntomas matizados que diferencian este trastorno de otras afecciones psiquiátricas.
Paso 2: Utilice la lista de comprobación para anotar los síntomas del trastorno delirante
Mientras interactúa con el cliente, utilice activamente la lista de comprobación para identificar y anotar cualquier síntoma que se ajuste a los criterios del DSM-5. Este paso es esencial para reunir pruebas concretas de los delirios y otros síntomas relevantes. Esto también puede ayudar a descartar otros síntomas psicóticos y trastornos mentales a la hora de realizar un diagnóstico.
Paso 3: Documentar notas adicionales
Más allá de la lista de comprobación, tome notas detalladas sobre el estado del cliente, incluyendo cualquier observación que pueda no encajar claramente en las categorías de la lista de comprobación. Incluir el contexto y las percepciones subjetivas puede proporcionar una imagen más completa del estado de salud mental del cliente.
Paso 4: Evaluar las percepciones de la lista de comprobación
Revise la lista de comprobación cumplimentada y las notas complementarias para analizar la información recopilada. En esta evaluación retrospectiva, sintetice los síntomas observados con los conocimientos clínicos para formar una evaluación preliminar.
Paso 5: Incorporar los datos a la planificación del tratamiento
Utilice los datos recopilados y su evaluación diagnóstica para planificar un tratamiento a medida. Integrar los conocimientos de la lista de comprobación garantiza que las estrategias de tratamiento aborden directamente las manifestaciones específicas del trastorno delirante del individuo.
¿Cómo tratar y gestionar el trastorno delirante?
El tratamiento del trastorno delirante requiere un enfoque interdisciplinario que combine la farmacoterapia con la psicoterapia, a menudo adaptada a las necesidades específicas del individuo y a la naturaleza de su creencia delirante dominante. En la gestión y el tratamiento del trastorno delirante se suelen adoptar las siguientes estrategias:
Farmacoterapia
La medicación suele ser una intervención primaria. Los antipsicóticos son esenciales en el tratamiento farmacológico y se seleccionan en función de su eficacia, perfil de efectos secundarios y respuesta del paciente. En algunos casos, otros medicamentos como los antidepresivos o los estabilizadores del estado de ánimo pueden complementar el tratamiento antipsicótico, sobre todo cuando existen afecciones comórbidas.
Psicoterapia
La terapia cognitivo-conductual (TCC) se emplea con frecuencia para ayudar a los pacientes a reconocer y cuestionar la validez de sus delirios de forma no conflictiva. La TCC puede ser decisiva para aliviar la angustia asociada a los delirios y mejorar el funcionamiento cotidiano.
La terapia de apoyo proporciona un entorno estable y comprensivo en el que los pacientes pueden expresar sus preocupaciones y recibir consuelo. Esta modalidad de terapia suele centrarse en el control del estrés, la mejora de la autoestima y la promoción de mecanismos de adaptación para hacer frente a la situación.
También puede ser útil la terapia familiar, que ofrece educación sobre el trastorno a los miembros de la familia, lo que ayuda a crear un entorno de apoyo en el hogar que puede reducir la frecuencia y la intensidad de los episodios delirantes. Implicar a los miembros de la familia también puede prepararlos para detectar los primeros signos de recaída y buscar una intervención oportuna.
Intervenciones sociales
La formación en habilidades sociales y la rehabilitación profesional también pueden ser necesarias, ya que estas intervenciones ayudan a los individuos a volver a participar en actividades comunitarias y entornos laborales, que sus delirios pueden perturbar. La creación de una red de apoyo social, incluidos los grupos de apoyo específicos para el trastorno delirante, puede hacer frente a los sentimientos de aislamiento.
Referencia
Asociación Americana de Psiquiatría. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5ª ed.). Washington, DC.
Preguntas Frecuentes
El trastorno delirante se diferencia por la presencia de uno o más delirios durante un mes o más sin las alucinaciones significativas típicas de la esquizofrenia. Por el contrario, otros trastornos psicóticos se presentan con una sintomatología más amplia, que incluye alucinaciones, habla y comportamiento desorganizados, que no son las características centrales del trastorno delirante.
La causa exacta del trastorno delirante aún no se conoce del todo, pero se considera que contribuye una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos. Biológicamente, puede implicar desequilibrios en los neurotransmisores del cerebro. Los factores genéticos pueden incluir antecedentes familiares de trastorno delirante o afecciones relacionadas. Los desencadenantes ambientales podrían implicar estrés o traumas importantes, mientras que los aspectos psicológicos podrían implicar rasgos de personalidad o una tendencia a desconfiar de los demás.
Psicosis es un término amplio que describe un estado en el que un individuo ha perdido el contacto con la realidad, y puede incluir una amplia gama de síntomas clínicos como alucinaciones, delirios, pensamiento y comportamiento desorganizados. El trastorno delirante es un tipo específico de psicosis en el que la característica principal es uno o más delirios.