Pautas para el tratamiento de la candidiasis
Infórmese sobre la candidiasis, sus síntomas, diagnóstico y opciones de tratamiento. Descargue nuestro folleto gratuito de guías de tratamiento para Profesionales de la salud.
¿Qué es la candidiasis?
La candidiasis es una infección fúngica causada por especies de Candida, más comúnmente Candida albicans. Esta afección puede afectar a varias partes del cuerpo, como la boca, la garganta, la piel y la zona genital. Aunque la cándida reside de forma natural en el organismo sin causar daños, un crecimiento excesivo puede provocar una infección por cándida, especialmente en individuos con un sistema inmunitario debilitado.
Síntomas de la candidiasis
La candidiasis presenta diferentes síntomas en función de la zona afectada:
- Candidiasis oral (aftas): Manchas blancas cremosas en la boca o la garganta, grietas dolorosas en las comisuras de los labios.
- Candidiasis cutánea: Erupciones cutáneas, manchas, ampollas (sobre todo en la ingle, entre los dedos de manos y pies y debajo de los senos), enrojecimiento y picor.
- Candidiasis vaginal: Picor e irritación vaginal, flujo blanco parecido al requesón, sensación de ardor al orinar o durante el coito.
¿Cómo evalúan la candidiasis los profesionales de la salud?
El diagnóstico de la candidiasis, incluidas las infecciones por cándida y la candidiasis invasiva, implica pruebas específicas basadas en el lugar de la infección. Una prueba de cultivo utiliza un bastoncillo de algodón estéril para recoger muestras de la zona infectada, que luego se examinan al microscopio. Una endoscopia emplea un endoscopio para examinar el esófago, el estómago y el intestino delgado en busca de signos de candidiasis oral, lo que ayuda a identificar el crecimiento excesivo de levaduras.
Pautas para el tratamiento de la candidiasis
Pautas para el tratamiento de la candidiasis | Ejemplo
12 tratamientos de la candidiasis
Para ayudar a los profesionales de la salud a diagnosticar y tratar la candidiasis de forma eficaz, hemos creado una guía completa
Cambios en la dieta
Reducir la ingesta de carbohidratos refinados, levadura y azúcar es esencial para prevenir el crecimiento excesivo de cándida. Una dieta equilibrada centrada en alimentos integrales puede ayudar a mantener una flora intestinal sana.
Higiene adecuada
Mantener una buena higiene es crucial. Limpie regularmente las zonas afectadas y manténgalas secas para evitar la proliferación de hongos. Usar tejidos transpirables y evitar la ropa ajustada también puede ayudar a reducir la humedad.
Probióticos
Incorporar probióticos a su dieta puede ayudar a mantener un equilibrio saludable de bacterias en el intestino, reduciendo potencialmente el crecimiento excesivo de cándida.
Control del estrés
Los niveles elevados de estrés pueden comprometer el sistema inmunológico, facilitando el crecimiento excesivo de la cándida. La meditación, el yoga y el ejercicio regular pueden ayudar a controlar el estrés.
Medicamentos antimicóticos tópicos
Incluyen cremas o pomadas que se aplican directamente sobre la zona afectada. Suelen ser la primera línea de tratamiento para las infecciones localizadas y pueden proporcionar un alivio rápido.
Medicamentos antimicóticos orales
Para infecciones más extensas, se utilizan comprimidos, líquidos o pastillas que se toman por vía oral. Se dirigen al hongo desde el interior del organismo, lo que garantiza un tratamiento más completo.
Medicamentos antifúngicos intravenosos
Para la candidiasis grave o sistémica, se administra medicación antifúngica intravenosa. La anfotericina B es un medicamento antifúngico que se suele utilizar en los hospitales para la infección crónica.
Aerosoles y polvos antimicóticos
Pueden ser útiles para tratar las infecciones fúngicas de la piel, sobre todo en zonas propensas a la humedad como los pies o las axilas.
Tratamientos de la infección vaginal por hongos
Las cremas y supositorios antimicóticos de venta sin receta pueden ser eficaces para tratar las infecciones vaginales por hongos. Sin embargo, se recomienda consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico y un plan de tratamiento adecuados que garanticen el enfoque más eficaz.
Champús antimicóticos
Están disponibles para tratar las infecciones del cuero cabelludo causadas por Candida u otros hongos. Suelen contener ingredientes como el ketoconazol o el sulfuro de selenio.
Polvos antimicóticos para los pies
Pueden ayudar a prevenir y tratar las infecciones fúngicas en los pies manteniéndolos secos y sin humedad.
Soluciones antimicóticas tópicas
Existen soluciones y aerosoles de venta libre para tratar las infecciones fúngicas en la piel, que ofrecen una opción de tratamiento fácil y cómoda.
Controlar eficazmente las infecciones fúngicas implica conocer los distintos tipos de tratamientos disponibles y elegir el adecuado en función de la gravedad y la localización de la infección. La detección precoz y un tratamiento constante son la clave para gestionar con éxito las infecciones fúngicas.
Cómo puede beneficiar este folleto a los dermatólogos
Este folleto ofrece diversas ventajas, entre las que se incluyen las siguientes:
Totalmente digital
Está disponible en línea como recurso totalmente digital, por lo que los dermatólogos pueden acceder a él fácilmente en cualquier momento.
Información exhaustiva
El folleto ofrece información exhaustiva sobre las guías de tratamiento de la candidiasis, abarcando los distintos tipos de candidiasis y sus respectivos tratamientos. Esto permite a los dermatólogos tener una comprensión completa de la afección, sus diversas formas y las opciones de tratamiento recomendadas.
Recomendaciones basadas en la evidencia
Todas las recomendaciones de tratamiento de este folleto se basan en pruebas e investigaciones actuales. Esto garantiza que la información proporcionada es precisa y está actualizada, lo que da confianza a los dermatólogos a la hora de seguir estas guías para sus pacientes.
Preguntas Frecuentes
Mantener una dieta sana, una buena higiene y controlar los problemas de salud subyacentes pueden ayudar a prevenir el sobrecrecimiento de cándida.
Los efectos secundarios pueden incluir náuseas, dolor de cabeza y erupción cutánea. Es importante seguir las instrucciones de su profesional de la salud.
La duración del tratamiento varía en función de la gravedad y la localización de la infección, y suele oscilar entre unos días y semanas.