Por qué es importante «cliente» frente a «paciente» en su consultorio
Es posible que no pienses mucho en cómo te diriges a las personas a las que sirves. Sin embargo, el término que elijas, ya sea «cliente», «paciente» u otra cosa, puede influir sutilmente en la dinámica de tu consultorio de salud mental.
Si bien hay opciones como «usuarios», «clientes» o «invitados», «cliente» y «paciente» son las más comunes en la atención médica. Elegir entre ellas no es solo una cuestión de preferencias, sino que puede influir en la forma en que abordas tu consulta y en el mensaje que transmites.
Esta guía está dirigida a los profesionales que están iniciando o reevaluando su enfoque. Analizaremos las diferencias clave entre «cliente» y «paciente» para ayudarte a decidir qué término refleja mejor tu filosofía y la experiencia que quieres crear.
Qué significa realmente cada término
Entonces, ¿cómo llaman los terapeutas a sus pacientes, clientes o a quienes buscan ayuda de ellos? Analicemos los orígenes de estos dos términos. «Paciente» proviene de la palabra latina «pati», que significa «sufrir». Históricamente, implicaba un papel más pasivo para la persona que recibía la atención. Sin embargo, el lenguaje evoluciona y el término «paciente» ha pasado a abarcar una relación más colaborativa entre el paciente y el profesional.
«Cliente», por otro lado, proviene de la palabra latina que significa «obedecer». Si bien este origen puede no ser el ideal, la comprensión actual de «cliente» no implica necesariamente una obediencia ciega. En muchos campos profesionales, incluida la atención médica, el término «cliente» sugiere una relación orientada al servicio en la que el profesional trabaja para satisfacer las necesidades e inquietudes del cliente.
Esta es la conclusión clave: si bien las raíces históricas de «paciente» y «cliente» pueden sorprender, sus interpretaciones modernas son más matizadas. La palabra «paciente» hace hincapié en la importancia en el contexto médico, mientras que la palabra «cliente» puede evocar una sensación más transaccional.
¿Los terapeutas tienen pacientes o clientes?
Históricamente, la palabra «paciente» se ha asociado con el modelo médico de salud mental, que considera los trastornos psicológicos como enfermedades que deben diagnosticarse y tratarse. Este enfoque se alinea estrechamente con la psiquiatría y enfatiza la experiencia del profesional en el tratamiento de una afección.
Por otro lado, la palabra «cliente» ganó popularidad con el auge de la psicología humanista y los enfoques de terapia centrados en la persona. Sugiere una relación más colaborativa y hace hincapié en la capacidad de acción del individuo en su propio proceso de curación.
La elección entre estos términos a menudo depende de la orientación teórica del profesional, el entorno de su práctica y su filosofía personal sobre el tratamiento de la salud mental. Algunos sostienen que la palabra «paciente» implica un desequilibrio de poder y puede reforzar el estigma. Por el contrario, otros sostienen que refleja con precisión la gravedad de las afecciones de salud mental y la necesidad de una intervención profesional.
En última instancia, el término más apropiado para un cliente o paciente de terapia puede variar según el contexto específico y las preferencias del profesional y de la persona que busca ayuda. Lo más importante es que la terminología fomente una alianza terapéutica y respalde el bienestar de quienes buscan servicios de salud mental.
¿Cuándo se usa «cliente» o «paciente»?
Dentro de la atención de la salud mental, es más probable que los profesionales con antecedentes médicos usen el término «paciente». Esto incluye:
- Psiquiatras: Debido a su amplia formación médica y su capacidad para recetar medicamentos, los psiquiatras suelen ver su práctica desde una perspectiva médica, lo que hace que el término «paciente» sea una opción natural.
- Enfermeros de salud mental (con antecedentes médicos): Al igual que los psiquiatras, algunos enfermeros de salud mental, especialmente aquellos con una sólida formación médica, pueden sentir que la palabra «paciente» se ajusta mejor a su función de brindar atención médica junto con la terapia.
- Médicos con especialidades de salud mental: Los médicos especializados en salud mental suelen gestionar los aspectos médicos y psicológicos del bienestar del paciente. Dado que su ámbito abarca la atención médica, la terminología de «paciente» parece más completa.
Estos profesionales también pueden trabajar en entornos en los que el término «paciente» se usa con más frecuencia, como centros para pacientes hospitalizados, donde la atención es más intensiva. Esto se debe a que el término «paciente» implica que es más probable que surjan necesidades de atención médica.
Por otro lado, muchos trabajadores sociales y de salud mental, en particular, se inclinan por el término «cliente». Esta preferencia a menudo se basa en la naturaleza colaborativa de su trabajo.
He aquí por qué la palabra «cliente» podría tener más repercusión en estos profesionales:
- Potenciar el lenguaje: El término «cliente» hace hincapié en la asociación entre el profesional y la persona que busca ayuda. Sugiere un viaje compartido hacia el bienestar, fomentando la confianza y el respeto.
- Concéntrese en las fortalezas: A diferencia de «paciente», que puede implicar un déficit, «cliente» destaca las fortalezas del individuo y los recursos que aporta a la terapia.
- Enfoque colaborativo: El término «cliente» se alinea mejor con el papel del terapeuta como guía y facilitador, trabajando junto al cliente para lograr sus objetivos.
Además, los psicólogos que no trabajan en hospitales a menudo se refieren a favorecer al «cliente» como persona. Esto refleja un enfoque en la terapia ambulatoria, que generalmente implica un enfoque menos medicalizado.
El impacto de elegir «paciente» frente a «cliente»
Si bien tanto «paciente» como «cliente» se usan en la salud mental, estos términos se pueden usar para describir con precisión la dinámica de su consultorio e influir en ella. Exploremos algunas consideraciones clave:
Responsabilidad y deber de cuidado
La responsabilidad legal del tratamiento recae en última instancia en el médico. La palabra «paciente» hace hincapié en esta responsabilidad y refleja una relación que va más allá de una simple transacción de servicios. Piense en un médico que diagnostica una enfermedad médica. Su objetivo es el bienestar al igual que otros servicios, como la terapia de masaje o el entrenamiento. Si bien la palabra «paciente» puede ser más apropiada para los profesionales de la medicina, el término puede parecer demasiado fuerte en situaciones de menor riesgo.
Fomento de la confianza y la vulnerabilidad
Generar confianza es crucial para una sesión de terapia exitosa. La palabra «paciente» puede fomentar la vulnerabilidad al implicar una mayor confianza en sus capacidades terapéuticas. La relación médico-paciente fomenta una sensación de confianza en su experiencia.
Esto es particularmente importante si usted receta medicamentos o toma decisiones importantes sobre el tratamiento. Sin embargo, no puede quedar muy claro si servicios profesionales como mentoría o entrenamiento están disponibles en entornos no hospitalarios. Un psicoterapeuta puede sentirse cómodo con los «pacientes», mientras que un consejero puede preferir los «clientes».
Reconocer la intimidad y la vulnerabilidad
La terapia a menudo implica compartir miedos y pensamientos profundamente personales. El término «paciente» reconoce la naturaleza delicada de la relación y el nivel de atención que usted brinda. Hace hincapié en la discreción y la diligencia de su parte.
Sin embargo, algunos clientes pueden considerar que el «paciente» está demasiado medicalizado, especialmente para tratamientos de terapia menos intensivos.
Colaboración y responsabilidad compartida
El tratamiento de salud mental se considera cada vez más como un esfuerzo de colaboración. El término «cliente» puede enfatizar y reflejar esta responsabilidad compartida, en la que el terapeuta actúa como guía, brinda asesoramiento profesional y trabaja junto al cliente para lograr sus objetivos. Este enfoque colaborativo se alinea bien con la formación que reciben muchos terapeutas, lo que fomenta una sensación de empoderamiento en toda la relación entre el profesional y el cliente.
Cómo elegir el término adecuado para su práctica
No hay un solo término «correcto» para todos. Tanto «paciente» como «cliente» tienen un propósito a la hora de elegir cómo identificar y dirigirse a las personas a las que atiendes.
He aquí un resumen rápido de la diferencia entre cliente y paciente:
- «Paciente» enfatiza los aspectos médicos de la atención, la responsabilidad y el potencial de una relación terapéutica más profunda.
- «Cliente» destaca la colaboración, el empoderamiento y un enfoque más amplio del bienestar.
En última instancia, el mejor término para su consultorio depende de su filosofía y del servicio profesional de atención que brinde. Estos son algunos consejos adicionales:
- Sea flexible: Si alguien prefiere «paciente» o «cliente», respete su elección.
- Si no está seguro, pregunte: Si no estás seguro de qué término usar inicialmente, un simple «¿Cómo quieres que me dirija a ti?» puede llegar muy lejos.
- Considera tu entorno: Los centros para pacientes hospitalizados con un enfoque más medicalizado pueden inclinarse por el «paciente», mientras que los terapeutas ambulatorios pueden preferir el «cliente».
Al comprender los matices de «paciente» y «cliente», puede tomar una decisión informada que se alinee con la filosofía de su consultorio. ¡Esta guía es solo el principio! Carepatron tiene una biblioteca de recursos de terapia para ayudarlo a sortear las muchas otras opciones a las que espera enfrentarse como nuevo profesional.