Comprender el concepto de confidencialidad
Si trabaja en el sector sanitario, seguro que es consciente de lo importante que es la confidencialidad. La confidencialidad consiste en mantener la información en privado. En la asistencia sanitaria, existen requisitos legales en torno a la información que los profesionales deben mantener en privado y cómo deben almacenarse estos datos. La confidencialidad ayuda a proteger la privacidad de los pacientes y, cuando se hace bien, facilita un entorno de confianza que permite una comunicación abierta. Afortunadamente, la mayoría de los adultos son, al menos en cierta medida, conscientes de cómo funciona la confidencialidad en el ámbito sanitario, y normalmente se sentirán cómodos abriéndose a los profesionales. Sin embargo, no siempre es así en el caso de los niños. Si usted es un profesional que trata a niños, es importante que averigüe cuál es la mejor manera de informarles de sus derechos en materia de confidencialidad. Puede ser una conversación difícil y complicada de plantear, pero es un aspecto fundamental para desarrollar una relación de confianza. Independientemente de si su paciente infantil está aprendiendo a controlar la ira, a regular sus emociones o cualquier otra habilidad de intervención, enseñarles acerca de la confidencialidad debe ser siempre una prioridad.
La confidencialidad en un entorno médico sanitario
En el entorno sanitario, la confidencialidad cuenta con normativas legales específicas que dictan qué información puede compartirse y cuál no. Con ello se pretende garantizar que la intimidad de los pacientes esté protegida en todo momento, permitiéndoles ser sinceros sin temor a que la información se transmita a personas no autorizadas. Existe un código ético muy estricto que se enseña a todos los médicos sanitarios en ejercicio, que incluye la confidencialidad. Si se descubre que los profesionales incumplen esta ética, las consecuencias son graves, incluidas las multas y, si la infracción se considera lo suficientemente grave, incluso la pérdida de la licencia. Si cree que su paciente no conoce estas normas de confidencialidad, es una buena idea informarle al principio del tratamiento. Esto ayudará a demostrar a su paciente que usted tiene en cuenta sus mejores intereses y que está obligado por la ética a mantener su privacidad.
También es importante comprender las variaciones en las normas de confidencialidad. Por ejemplo, la confidencialidad y la privacidad se complican un poco más dependiendo de la edad de su paciente. Existe una edad determinada en la que los adolescentes pueden dar su consentimiento para recibir atención sanitaria mental o médica sin informar a sus padres, pero esta edad difiere según los estados. Como profesional autorizado, es su responsabilidad ser consciente de esta edad e informar a su paciente de sus derechos. Independientemente de si está especializado en actividades terapéuticas para adolescentes y niños, trabaja con niños autistas o se dedica a la salud médica, comprender esta normativa es un componente esencial del tratamiento de pacientes jóvenes.
Además, hay ciertas situaciones en las que la notificación obligatoria es un requisito. Estas incluyen si el profesional sospecha de abuso infantil o si está realmente preocupado por la salud y la seguridad del paciente o de otras personas.
Importancia de la confidencialidad durante la terapia
Como terapeuta, es posible que la confidencialidad afecte a su trabajo de forma más significativa que en otros ámbitos sanitarios. A menudo, el trabajo terapéutico requiere que los pacientes se muestren extremadamente abiertos acerca de sus emociones y pensamientos, lo que puede resultar muy difícil, sobre todo para los niños. Como tal, es su responsabilidad asegurarse de que sus pacientes saben que se encuentran en un entorno seguro y confidencial, donde las cosas que digan no serán comunicadas a sus padres. Si usted es un terapeuta especializado en el tratamiento de niños, probablemente será consciente de lo importante que es tratar la confianza como un proceso. En lugar de asumir que sus pacientes confían inmediatamente en usted, necesita demostrarles que es digno de confianza y que tiene en cuenta sus mejores intereses. Una de las mejores formas de hacerlo es explicar cómo funciona la confidencialidad en su primera sesión con un nuevo paciente.
Como ya hemos mencionado, hay ciertas situaciones en las que la confidencialidad queda revocada y la notificación obligatoria ocupa su lugar: lo más probable es que se trate de una situación en la que usted crea que un niño está sufriendo abusos. Sin embargo, se trata de un supuesto muy grave y, esperemos, poco frecuente. En cualquier otro caso, mantener la privacidad de sus pacientes debe ser su máxima prioridad.
Consejos para explicar la confidencialidad a los niños
Como hemos mencionado, a veces puede resultar difícil explicar cómo funciona la confidencialidad. Querrá asegurarse de que sus explicaciones son lo suficientemente coherentes y sencillas como para que se entiendan, pero al mismo tiempo es esencial que sus pacientes comprendan perfectamente cómo se aplica la confidencialidad a sus sesiones con usted. Para ayudarle a navegar por este difícil proceso, tenemos algunos consejos y estrategias que puede emplear fácilmente:
Comprenda las leyes y reglamentos de su estado: Las normativas específicas relativas a la confidencialidad difieren de un estado a otro. Cualquier infracción de las leyes de confidencialidad tendrá repercusiones legales para el terapeuta en ejercicio, por lo que es sumamente importante que conozca bien qué leyes se aplican a su trabajo. Además, explicar la confidencialidad a los niños será ineficaz si usted no entiende bien cómo funciona, así que asegúrese de comprender esto lo antes posible.
Implique al paciente: Aunque en la mayoría de las situaciones los menores no son capaces de dar su consentimiento informado para un tratamiento médico, deben participar en los procesos de toma de decisiones clínicas. Las investigaciones han demostrado que los niños de tan sólo 12 años comprenden cómo las decisiones acarrean consecuencias en lo que respecta a su salud. Para ayudar a desarrollar las habilidades de los niños en lo que respecta al control de su salud, debe mantenerlos implicados en el proceso de prestación de cuidados. Por lo tanto, dar a los niños la oportunidad de participar en el proceso de toma de decisiones es razonable y ético. A medida que su paciente crezca, es probable que su capacidad para participar en estas discusiones aumente significativamente, y usted debería ajustar su método de tratamiento para adaptarlo a sus capacidades intelectuales y emocionales.
Informe a su paciente de las limitaciones de la confidencialidad: Después de explicar a su paciente en qué consiste la confidencialidad, debe informarle de las limitaciones de la misma. Esto garantizará que sus pacientes estén informados y sean conscientes de qué información puede compartirse con otras partes: incluidos los profesionales de la salud y los familiares.
Recuerde que el consentimiento informado es un proceso: La obtención del consentimiento informado para un paciente infantil será un proceso en el que participarán los padres o el tutor del niño. Debe tener en cuenta que el consentimiento debe ser una conversación constante en la que también participe el menor. Esto significa que cada vez que se produzca un cambio razonablemente significativo en el plan de tratamiento o intervención para el paciente, deberá mantener otra conversación con las partes pertinentes y obtener el consentimiento informado.
Mensaje para llevar a casa
Navegar por las relaciones terapéuticas profesionales con pacientes jóvenes puede ser difícil: situaciones como trabajar en el control de la ira, desarrollar un entorno seguro, fomentar las preguntas e informarles de sus derechos de confidencialidad no siempre son tan fáciles como uno quisiera. Sin embargo, la clave de cualquier buena relación es la comunicación y, siempre que informe sistemáticamente a sus pacientes de los derechos que les asisten, no hay razón para que estas conversaciones no vayan sobre ruedas. Le recomendamos que desarrolle su propia comprensión de cómo funciona la confidencialidad y que aplique sus conocimientos a sus conversaciones con los pacientes. La terapia debe ser un entorno en el que los pacientes se sientan seguros y cómodos, y el fomento de una relación positiva empieza por usted.
Lecturas complementarias: